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domingo, 28 de julio de 2019


Hay desplazamientos
que no tienen retorno,
pero también hay
inevitables rotundos regresos
la casa es el lugar donde amanece
aunque en la noche,
la resistente nostalgia
nos tiente a correr
los mapas en reversa
lo real es la raíz,
la diferencia es la raíz,
la distancia es la raíz,
lo nuestro, es decir
lo tuyo y lo mío, es la raíz
la raíz, que es,
ni más ni menos,
la voluntad alcanzándose;
no se mueren los pies
que cambian de suelo,
se muere la raíz
que no camina,
que no se estira,
que queda atrapada
-con todo y su mirada-
en las ruinas de una casa
cuyo sol siempre sale
por detrás de sus ojos.

IRMA PÉREZ

David Garrett - Nocturne - Chopin




Subirle el volumen a la vida,
¡todo el volumen al vivirla!
verla como los pintores,
sentirla como los poetas,
saborearla como los niños,
olfatearla como los perros,
escucharla como los músicos
¡participar del concierto!
sentirse "tocado" tantas veces
como la cuerda de un violinista
a punto de romperse
¡a punto!

IRMA PÉREZ

En Dansant Sur la Terrasse




No me detenga el viento
ni el pié descalzo
ni mi propia estima

¡no me caeré!

aunque yo sea el pájaro
que más
se parece al hombre.

IRMA PEREZ
No te deseo cosas sin fortuna,
tampoco
ningún tipo de hambre,
de desasosiego
pero, eso sí,
sólo una cosa quiero:
que te hagan la pregunta
y tú,
hables de mí con nostalgia.

IRMA PÉREZ

VECINA DEL CONDOR


Lejos de mí la fatalidad,
cerca, en cambio,
del destino asumido,
de lo que soy, de lo que he sido:
un ser sazonado y "maduro"
que se ha lanzado a la tierra
con sus propios pies de árbol,
un ser ya florecido,
abierto, revelado;
en apogeo la mística y la lírica,
testigo y escribana
de lo trascendental y lo mundano,
en la máxima altitud mi elevamiento
¡vecina del cóndor!
soy la nostalgia de un vientre
otrora ocupado y productivo,
aposento de vida y de más vida
soy la certeza de una especie
dueña de sus propias espinas
y de la prosperidad de su floresta
soy flor y fruto, sin arrepentimientos,
paisaje temporal,
breve suspiro,
gota al sol de la tiranía del tiempo.

IRMA PÈREZ
De dónde voy a sacar un poema
que te hable de mi amor
sin romperme el pecho
quién pudiera escribir 
sobre lo eterno, si antes,
no te ve más allá de mis ojos,
en el después de la vida
no, en ningún lugar,
nadie
te entregará -latiendo- ese poema
y sin embargo,
aquí te dejo, amor mío,
un corazón abierto con mi nombre.

IRMA PÉREZ
El mundo y sus munditos,
esos pequeños círculos
en donde siempre reina
un rey sin reina,
y una reina sin rey
munditos como puntos negros
de un cielo nocturno,
que riñen por el brillo y el
protagonismo,
tras máscaras que se amoldan
según la mentira
o la vanidad más viral;
el mundo fue lo que cayó
de las manos de ese Newton
que quiso saber, qué quedaría útil
luego de aquel vertical suelazo
pero, por más mejorado
el génesis, o que las manzanas
dieran su dulzura y su belleza,
el mundo siempre ha
descuartizado sus bendiciones
caída y pecado
son los reconocidos gusanos,
culpables de la desintegración
del mundo
creencia justificada
y precedida ahora,
por esos munditos en cabeza
de una sola mujer,
o de un sólo hombre que,
como reyes ególatras
con tendencia al engaño,
van disparados
hacia un agujero negro
y en sentido contrario
a nuestro único y absoluto
lugar de origen.

IRMA PÉREZ
Soñé que me despertaba en una pintura hiperrealista pero en blanco y negro. Aterrada por el bicolor, la inmovilidad y el frío, se me escurrieron dos lágrimas que mancharon y desdibujaron el lienzo. El autor se enojó tanto que patió su obra y la dejó tirada en el suelo por varios días. Cuando nos volvimos a ver, me levantó en sus brazos, me limpió, cuidó prolijamente de los detalles, y en horas sin descanso, reparó el daño hasta darme vida.
La última vez que le vi, le miraba yo desde una pared blanca y desolada. Él, ya no me miraba. Me había vendido.

IRMA PÉREZ


Puedo
escribir
los versos
más tristes
esta noche...
pero no,
estoy muy triste.

IRMA PÉREZ

SUPOSICIONES


Cuántas vidas se han roto
por cuenta de las suposiciones…
supongo que está bien,
supongo que no quiere,
supongo que se fue,
supongo que así es,
supongo que lo leerá,
supongo que no le gustó,
supongo que ya comió,
supongo que es feliz,
supongo que sí,
supongo que no,
y así,
apoltronado en cómodas conjeturas
un juez imaginario, con voz imaginaria,
desde su imaginario sin constatar y sin conciencia,
condena a la realidad y a todas sus posibilidades
a no ser certeza de una sola pieza,
a ser el quiebre
desde donde comienzan
todas las distancias.

IRMA PÈREZ

ESTAR


No es lo mismo,
no estar, estando,
que estar estando, sin estar,
pues, tantos, sin estar,
estamos extrañando sentir eso,
cuando se está, estando
con todo, hay que estar
en dónde se esté,
no sea que llegue un día
en que, estando,
no venga a estar nadie,
o tú, ya no estés.

IRMA PÈREZ

EN ESTOS MUROS


En estos muros,
se escribe el legado
que será la vergüenza
de los que hicimos del tiempo
cuna de obsesiones,
cultivo de vanidades
y túnel de desahogos sin clasificar
en estos muros,
se quedará el rastro
de una raza devorada y extinta
por sí misma;
qué costaba
hacer del boceto inicial
-en estos muros-
una obra de arte con final feliz
nos conviene
que se vengan abajo
-estos muros-
antes de que el futuro llegue
y se empiece a hablar de
esta historia,
como el gran hallazgo,
que no es.

IRMA PÈREZ
Uno,
uno sólo de tus dedos
sobre mi piel...
¡toda la orquesta!

IRMA PÉREZ

SENTIDO CONTRARIO
Ella, mi poesía,
camina en sentido contrario de la multitud,
no sé por qué lo hace,
si ni siquiera sabe para dónde va
un día salió con un pedacito de lápiz
a escribirse en las paredes de los
espacios abiertos y de los
campos rurales inconquistados...,
desapercibidos
así, rebelde y terca,
se abrió camino
alejándose las millas que ya no
se pueden contar;
cuánta reverencia
a los iguales que ya se han ido,
porta liras de un cielo misterioso
a donde iré a parar un día
con mis letras ofuscadas o
del último agite
culpa mía
que voy en contra vía,
que hago poemas despeinados y
alejados de la moda y de los modos
sin embargo, después de todo,
no va ella sola,
y aunque nunca atropelló a nadie,
acelera como niño en video juego
sobre la autopista de una vía al norte,
a cuyo sur,
van por montones, los otros.

IRMA PÉREZ

ESTOY CAMBIANDO

Estoy cambiando,
cambiando como todo cambia;
no percibo la muda de piel,
ni la gracia con que crece mi pelo

ayer tuve en la boca un sabor
blanco y dulcemente redondo
y hoy, cuando revisé el recuerdo,
encontré desencajada la geometría del placer

estoy cambiando sin notarlo,
sin avisarme que he dejado atrás
mucho más que algunas direcciones
que solían ser mi casa o mi credo

me leo en el dibujo que han hecho de mí
y quisiera disculparme
por no parecerme a ello,
por haber cambiado,
por estar cambiando,
por suspirar, ahora, de otro color
pero,
tampoco el mar es el mismo
aunque llegue siempre a la misma orilla,
ningún tronco crece sin arruga,
ni hay vasija que permanezca
vacía en su fondo, si no está rota

estoy cambiando
frente al canto de tus ojos
y al ritmo del timbal de una corriente de agua

lo imperceptible
es cuestión de tiempo:
hay montañas
que ya no están en el mismo lugar.

IRMA P.

En realidad es tenebroso lo aparente. Sospechar que toda interpretación es falsa, que muy posiblemente todo es una gran mentira, que ilusionarse es una ingenuidad de alto costo... Eso es algo así como una baranda mal puesta o una mina -no de oro y no argentina, de las otras- en algún lugar del jardín de tu casa.
Si, tras lo aparente hay cualquier cosa, un famélico tigre, en todo caso. No se puede confiar si por naturaleza no ladra o maulla, si no perfuma o alimenta, o si no es astro o tierra; porque por lo demás, es definitivo, de la humanidad urgen los ojos y de ellos, el forro.
IRMA PÉREZ

GENTE

Gente,
palabra relativa,
laberintica, densa,
larga y cuadrada como
habitáculo de muros infinitos
y silencios de rebote;
gente,
mortales sin astro en el pecho
y venas pálidas,
con la generosidad enroscada y
una aguda joroba en la humildad;
gente,
masa gruesa,
inerte, sosa,
vasto valle de inviernos
recogidos y amarrados con
el zumbido más triste del asombro
gente,
del desamor venidos,
de las heridas de los
hervores de los ausentes abrazos,
sirvientes y servidos por
culpas heredadas
de padres-gente.

IRMA PÉREZ

Hace unos días, el comentario entró por el conducto de mis oídos pero, trastabilló justo al llegar a la razón que, en ese momento, se ocupaba de otra cosa, obligándome a archivarlo en la carpeta existencial de los "Asuntos pendientes".
Hoy, leyendo desprevenidamente, la imagen de dos poetas intercambiando halagos, me hizo caer directo a aquel archivado comentario: "Los poetas escriben Para otros poetas"...
¿Sí alcanzas a percibir el crujido de un tronco en su instante de quiebre? Si, un sonido temible e insoportable, demoledor y enervante, como el de unos dientes bruxando a media noche o una tiza seca recorriendo la superficie de un tablero cristalizado.
No sé. Qué sentido tiene el agua si no hay sed; tan obvia la función de una en la razon de ser de la otra, ¿eh?
Tú, ¿qué profesión tienes? Acaso eres abogado, profesor, artista, cajero, chef, ortodoncista, fotógrafo, piloto, florista, peluquero, constructor, recepcionista, actor, etc, etc, etc., y lo que haces ¿lo haces Para tus colegas? o tú que tienes tu habilidad, tu don, tu vocación ¿la realizas para tus iguales? Me parece que hay respuestas que podrían ser, en su mayoría, hipócritas argumentos que esconden las verdaderas motivaciones de quien "hace porque lo están viendo" o bien para competir porque quiere ganar apláusos o por puro lucro. Y es que una cosa es "querer ser el mejor" y otra muy distinta "ser mejor", y para lo último, no hay nada más indicado para asignarnos un lugar de eficiencia y un máximo nivel de satisfacción, que la reiterada crediblidad y el constante voto a favor de quien ha recibido el beneficio de lo que hicimos.
Sí, uno a veces escribe para recibir críticas, para conseguir retos, para obtener recursos y renombre, para no volverse loco -jeje- para aprender y seguir aprendiendo. Otras veces, uno se desconcentra y se desvía, se enrrolla en eventos aburridísimos como vitrinas de lujo y perfectos maniquíes que salen muy bien en las fotos; uno se olvida en ocasiones, que un oficio va para quienes lo necesitan, porque para eso la diversidad, porque por eso ¡es maravilloso que exista gente pa'todo!
Sí, como el agua, que existe por aquello de la sed.
La gratitud por el elogio, nunca debe estar por encima de la gratitud por el fruto.

IRMA PÉREZ

https://www.facebook.com/irma.perezlapillis/videos/10158568777665558/

UNA MUJER, Y OTRA


De un puñado de estrellas
no se saca un arito de oro
no es como se cree,
no es como se quiere,
no es, como nada
demasiadas lágrimas han rodado
cuesta abajo
desde la cuna hasta el acunar
una mujer, y otra,
se acurrucan sobre piedras
más blandas que lo vivido
no hay cuento azul,
ni final rosa,
el silencio es un habitante
en la oscuridad de la garganta
todo lo que brillaba del universo,
se fue apagando como
velas amanecidas a los pies
de los santos
la soledad y la tristeza enriquecieron,
mientras que la alegría
nunca pudo burlar a la pobreza
por eso,
de un puñado de estrellas
no se saca un arito de oro
no es como se cree,
no es como se quiere,
no es, como nada
el cielo no es uno sólo,
como una sola, no es la mujer
para ella
el cielo puede ser
un techo cuadriculado,
un bombillo en intermitente agonía,
una tarde entre sabores,
un segundo
unos ojos de miel...,
dorados,
redondos,
dulces,
lustrosos,
vitales
como un aro estelar
alrededor del pulso.

IRMA PÉREZ

IRMA, EL HURACÁN

Todavía hay ciertos "vientos" que nos lo recuerdan...
En su momento (hace dos años ya), esta catástrofe mundial nos atravesó la exitencia y yo, en este poema mío, lo evidencio así:

IRMA, EL HURACÁN
Soy, la tempestad del mundo,
desde mis adentros
emito el aullido desgarrado y furibundo que
he heredado de las incontables heridas
que supuran y sangran en la piel de la tierra
soy la lengua seca del mar,
la garganta del nido vacío de los peces,
la ira contenida de miles de toros recordando
su última “fiesta”
soy la voz, y todas las voces del animal desaparecido,
la memoria de los árboles del desierto,
las manchas ocres y encarnadas del planeta azul,
la erosión de las almas sin oportunidad de brillo ni parto
soy la bola de plástico en las tripas de la vida marina,
la indignación de los termómetros,
la desafiante carga eléctrica del rayo, y toda
la suciedad del humo: de todo el humo
soy el llanto del verano,
el ardor del invierno,
las cenizas del otoño,
el fin de la primavera,
todo el dolor del funeral de las estaciones
soy la sangre negra y turbia de las aguas,
la frustración del celeste, del majestuoso cielo,
y mis cuerdas vocales chirrean en agudo
reclamando la existencia y la soberanía del sol
soy la voz chillona y destemplada
para el sordo que se escucha sólo a sí mismo,
ese pusilánime que sólo expulsa de su boca
la fetidez de sus propios gases
soy la calamidad resultante
por el desprecio a cohabitar,
por coartar la convivencia,
por masacrar la vida y el respeto
y,
el respeto por la vida
soy la cara más excitada de la frustración,
el cultivo promovido y próspero de la vergüenza,
la deformidad de la atmosfera con su disfraz de bruma,
el hervor final de un espacio manipulado entre límites
soy el lamento, el eterno y desahuciado lamento
de todas las masacres sin purgatorio,
de lo que ya no es posible reintegrar,
de lo extinguido, de lo extinto
por lo demás,
tengo nombre, rostro y características de humano,
pero yo soy la etérea evidencia del quiebre del tiempo,
la profunda huella filtrada por debajo de las piedras
un huracán perturbado que,
sublevado por abuso y obligación,
ha sido lo que es,
y en cuya naturaleza no está la gota
del bien ni del mal,
como sí,
en el hombre que mal elige,
al que le dejo la tristeza de los dioses,
y del que hoy, finalmente, me libero.

IRMA PÉREZ
Creo que la tendencia es a rebotar en cuatro esquinas. Se hace un cuadrado cuando la mente no deja de pensar las mismas cosas. La idea recurrente, se convierte en ladrillo y el ladrillo en muro. Entonces, como una réplica de nuestro pensamiento, terminamos metidos en una figura geométrica de cuatro paredes.
I.P.

La vida y su constante respiración:
cada aliento una pena
o una alegría,
o nada
los días y las noches
se suceden,
una y otra vez
en medio,
la humanidad se rinde o aguanta,
con su poca fe en todo.

IRMA PÉREZ

EL ORGULLO ES UN PALO


El orgullo es un palo,
un palo metido en la rueda de la vida,
un palo metido en el camino que
detiene y cobra peaje,
un palo metido entre los dientes
como mina quiebrapatas,
en donde toda relación cae
mutilando sus piernas
el orgullo es un palo sin bandera,
sin hojas, sin oficio,
nunca es palanca para levantar
la roca que separa,
tampoco es remo
bogando
a la otra orilla que espera
¡aaaah, el orgullo!
el orgullo es un palo,
es el palo más robusto del bosque
de los árboles sin frutos,
la tranca inclemente a la puerta
del corazón más frágil
que se muere por una sola
oportunidad, una,
para soltar la rueda,
para pasar el camino,
para aflojar la sonrisa y patear
las nubes, o bailar con ellas
entender por fin,
que los palos, si estorban,
son para hacerlos polvo,
a ellos, y a sus astillas.

IRMA PÉREZ

¡Ja! .. qué nota!


Un poema esperando
un lenguaje perfecto
unas bocas hablando
una palabra en los dedos
un romance de palmas
una oración elevada
un acento en el puño
una idea tocando
unas ganas amando
un llanto callado
una caricia
un canto
un cuento
un relato
un juego
un calor
un beso
un pañuelo...
...¡mis manos!

IRMA PÉREZ 
A la hora que toca,
no duerme el norte
ni duerme el sur
de este a oeste 
las aguas, todas las aguas,
se mueven y sudan sus sales
como en estados febriles que
agitan y agotan
sobre la montaña más alta
y sobre el nivel del mar,
la luna, la llena luna,
llueve su encanto
como catarata de besos
así,
como los enamorados
cuando se beben,
y alicorados se aman.

IRMA PÉREZ

Hay pensamientos
que no tienen palabras,
¡créanme!
las he buscado como aguda brújula
subida en los hombros
de un satélite empinado
creí que estarían por arriba,
así que me lancé en paracaídas
desde el tejado del cielo,
¿yo? ¡yo!
yo, que esquivo
hasta al indefenso andén;
tambiėn pensé que estarían por abajo,
levanté algunos troncos y algunas rocas
arrancándoles con todo y su antiguedad,
por si acaso se tratara de esas trampas
en donde a veces suelen caer los inocentes
pero nada
entonces, empecé a dudar del caos,
y las busqué en el orden de las cosas,
fue allí
en donde encontré al pensamiento
con su visible joroba
y su mirada inamovible
sin principio ni final
las consonantes deambulaban
dementes y ciegas,
y las vocales gesticulaban
súplicas, angustia, negación,
disimulados gestos en afonía,
en agonía
entonces,
entendí porqué hay pensamientos
que no tienen palabras,
que no logran decir nada,
que entierran al vocero y al poeta,
que son apenas garabatos
atrapados tras el espejismo
de una amilanada puerta que le teme
a sí misma
y a su llave mas honesta.

IRMA PÉREZ
Los rostros del mundo,
caras únicas con cuerpos uniformados,
necesidades amontonadas
alrededor de mesas sin diálogo
desnutridas de sentidos y de tacto
el contacto visual
asiste a diario a su funeral
el mundo
es una masa de soledades.

IRMA PÉREZ

domingo, 30 de junio de 2019

Y pensar que hay gente que cree
que nada es gratis en esta vida,
que todo todo se compra o se vende
porque si no, no vale nada
gente que cuenta todo como
si eso mismo le faltara,
que así como cualquier amanecer
da por hecho el oficio de escribir,
y leer, lo considera
una abundancia innecesaria
dígame usted,
cuánto cree que vale
una respuesta,
una receta,
un concierto,
la imagen de la vida,
volar,
¡enamorarse!
o no menos, quizás,
este poema
que le ha llegado latiendo
y sin ánimo de lucro.

IRMA PEREZ
Cada vez que me rozas
se me abre esa herida,
ni tiempo le das para que sane,
para que cierre
azotadora,
despreciable,
inmundicia de poder
no me pidas que aguante,
que me vaya por uno de tus lados,
que no abra mi boca para maldecirte
¡guerra maldita!

IRMA PÉREZ

DEL ARTISTA




El artista ha venido a este mundo a "vérselas" con el sistema terrenal. Sin saberlo, hace segregar acidez sobre la empalagosa mentira; provoca mareo, náusea, cojera, tortícolis, cualquier inestabilidad al ego inflamado, al vicioso, al aludido. El artista no habla mucho porque no sabe bien qué decir, cómo decir, ni cuándo. Se queda en la pregunta esa de..., "cómo es posible decir todo eso que, como la sopa, no puede tomarse con un tenedor..."
A merced, entonces, de las infinitas interpretaciones, esas jueces dictadoras de su sentencia, de su importancia y tantas veces de su valor en moneda -como si lo tuviera- sobrevive marginado, atrincherado en la selva de su soledad desde donde observa y siente y siente y observa, usando todos sus recursos naturales: la piel, el aire, la cordura y, con su vulnerabilidad sin blindaje, leso, sobrevive el tiempo de su mensaje; ni un día más.
IRMA PÉREZ

DE LA HISTORIA DE UN PAÍS




Todo está escrito con lápiz,
en la mano del último optimista
un borrador de nata 
se dispone a hacer lo suyo: 
borrar el error
sonrojado, mira el papel,
pasa por encima del grafito,
lo muele, 
deshaciéndose con las evidencias
poco brillo encuentra en el trazo
pero, es por mucho, ¡mucho!
que lo ve salvable
sabe que el resto 
son perforaciones con fondo,
baches enormes en donde 
la sal, no marina, en abundancia,
humedeció el papel y rompió 
el recuerdo hasta el olvido,
hasta la ilusión imposible de creer 
que la historia de un país
no tiene memoria que la cuente
pero todo está escrito,
y la geografía del papel está colmada
de interrogantes, exclamaciones 
y puntos suspensivos;
el último optimista lo piensa,
suelta el borrador,
pasa la hoja,
acude a lo indeleble: 
¡sangre en sus plumas!
con ellas, la continuidad escribe,
lo que no es un boceto de la vida.

IRMA PÉREZ
Bandera: Dícese del pedazo de tela que está tejida con humanos, no con hilos. 
I.P.

Probé todas las llaves,
todas
las herramientas pequeñas,
definitivamente las más grandes,
dinamité el marco,
la cerradura,
vino ayuda,
manos expertas,
esperé
esperé
esperé
pero nada,
nada sirvió finalmente...
la puerta
estaba cerrada por dentro.

IRMA PÉREZ
Cuando el mundo creyó
que el sexo era el súmmum,
mató todas las posibilidades
de hacer el amor,
y se nos condenó a vivir 
obsesivos y superficiales,
enfermos y solos,
condicionados y maliciosos
sin juntarnos,
sin vernos,
sin tocarnos,
sin sentirnos
así, como dos monótonas paredes
en una interminable paralela,
esperando que alguien nos pinte
un graffity cualquiera
con indeleble indiferencia.

IRMA PÉREZ
El azar tendría que ser un juego facilitador y divertido, de lo contrario, nada tienen de inofensivos un par de dados que siempre deciden por uno.
IRMA PÉREZ
Es por donde se quiebra la razón
por donde se astillan las respuestas,
no se atina a la verdad
cuando la boca es dura como el cráneo

todo debería ser
como la humilde sabiduría del bambú:
una curva,
una reverencia,
una pestaña,
la voluntad arqueada
sin intención de duelo,
sin cansancio,
sin preguntas...
un corazón sin soplo.

IRMA PÉREZ

LA TOCADA


Después de ese encuentro,
nunca pude volver a ser la misma,
yo no quería ser la misma,
yo no sabía qué quería,
yo no me ví desaparecer

otra yo, empezó
a sonreirme en el espejo,
me vistió con jeans y lino,
me perfumo de hormonas y aromas
y me desnudó frente a esos ojos
cuando más ataviada de ropa estuve

un desapego a lo habitual
me cedió el tiempo para las
nuevas urgencias, es decir:
su boca,
su silencio,
su risa,
su voz,
su sí,
todos sus "te espero"

pero,
eran sus manos que,
cuando me veían,
sonreían con los dedos
las tibiezas de toda su ternura...

sí, pregúntenle a mi barriga
-sin hacerme llorar-
o ¡a mi pelo!
y resistan la respuesta
sin lagrimear un poco;

no, nunca pude
volver a ser la misma,
yo no quería ser la misma

yo quería ser esa...
esa que, tampoco soy hoy:
la que no le extrañaba,
la tocada,
la oída,
la que no imaginaba ser, un día,
un recuerdo en su memoria,
de ese encuentro.

IRMA PÉREZ

De l@s imprescindibles..., de l@s admirables...


🌟
Las velas se disponen y se encienden,
algunas permanecen a lo largo 
de la noche y hasta se resisten
a extinguirse en la mañana
otras, sólo se niegan a dar luz,
coquetean con su intermitencia
y se apagan a sí mismas quemándose
con su propia cera
las hay esas, que aparentan brillo,
que sólo duran
el efímero tiempo de una chispa
pero siempre hay aquellas
más valientes,
generosas en su pábilo,
confiables en su esencia,
fieles centinelas,
brújulas estables,
caminos seguros
¡llamitas erguidas frente al viento!

IRMA PÉREZ

DE UNA GOTA


Me llama el eco
de unas voces que tiemblan,
me absorbe el profundo hueco 
donde fluyo veloz
como agua turbia y necia,
cayendo por el estrecho embudo de
dilatados dolores
caigo,
y caigo,
y sigo
cayendo,
no busco surcos,
los voy haciendo
viajo a través de sinuosas venas,
en una lamentable gota
vibrante,
salada,
ligera,
a merced de la gravedad y de
una corriente sin nombre
nada esquivo,
todo lo afronto
voy tomando formas que
se desintegran tras una corteza
apenas húmeda y fría
me absorben de nuevo
y desaparezco en la sequedad
gracias a un soplo o, al viento
soy siempre agua,
soy siempre gota,
soy
la lágrima.

IRMA PÉREZ
El tiempo es el agua
que le falta al cuenco
todo me lo he ido bebiendo,
sin percatarme de que
cada vez que lo levantaba para beberlo,
unas cuantas gotas caían al piso o
se me escurrían de la boca por exceso
de nervios, torpeza o avidez
así fue
ahora, en el fondo del cuenco,
ondulan los segundos de hoy
y de unos pocos días que me faltan
para dejarlo vacío
así que,
me lo voy tomando a pequeños sorbos,
como cuando la fiesta está por acabar
y no se quiere soltar aquella mirada
o aquel abrazo
cuando todo se termine,
y el agua del cuenco se haya consumido,
me iré a caminar por la vereda
de algún río
que llene mis itinerarios con la luna,
y todas las vasijas
de donde mi sed conozca su borde;
no hay tiempo que sobre
porque, cuando el agua se rebosa del
cuenco, es el tiempo que llora
lo que no ha sido, y no será.

IRMA PÉREZ
Se busca sonrisa franca y sostenida; dicen que es la aguja que se perdió en el pajar. 
🤔 I.P.
Voy a proponerle al sol
que me invite a subirme a su espalda,
que abra bien los brazos
y patee las nubes bien lejos
-por si acaso-
y, desde allá arriba,
ver,
entender,
qué le pasa a la gente
que ya no "suda".

IRMA PÉREZ


Aunque seamos olas diferentes,
aunque nos encrespemos o reposemos
en distintas orillas,
todos,
todos somos agua de mar.

IRMA PÉREZ


sábado, 22 de junio de 2019

Casi olvidé tu nombre,
amaneció un día cualquiera
y, como cualquier día,
te recordé 
al cerrar los ojos por la noche;
me parece que ya no existes,
que te conocí
en agua hervida de amor,
ya evaporada;
y no es que ahora
te llame a versos,
como quien sacude
la manta del olvido
es que,
casi olvidé tu nombre,
después de
tanto y tanto,
que olvidaste el mío.

IRMA PÉREZ
AGUA: Dícese del líquido... Dícese del líquido vital... Dícese del líquido vital, esencial. ..Dícese del líquido vital, esencial y divino, sin cuya fuente todos los seres vivos... todos los seres vivos, nos vamos a ir a la m..... ir a la muerte, si no dejamos de darla por hecho y considerarla de último renglón... de último renglón, por debajo de otras necesidades... por debajo de otras necesidades que subestiman... que subestiman, la importancia de la sed.... 
La SED.
I. P.
La POESÍA
está en todas las cosas,
en todo está,
como en el aire
se respira, y se eleva un verso
se sueña, y se vive el poema
se amanece, y el poema
se convierte en soplo
y aliento de mar que abre ventanas,
levanta cortinas,
fluyeeeeeendo
de afuera
hacia adentro
y,
viceversa.

IRMA PÉREZ

PARA EL DIA DE LA POESÍA

Hoy es día de la Poesía
y,
si en algún momento,
uno de mis poemas le
roza la mejilla,
dígase que ha sido besado.
Si por el contrario,
nada pasa por su piel,
cambie de poeta:
si le gusta la poesía, lo requiere.
Aquí,
un punto de encuentro
entre usted y yo.

IRMA PÉREZ
Todos somos
cuerda de instrumento,
filamentos solitarios,
hierro frío,
gemido ahogado
hasta que,
unas manos nos tocan,
una voz,
una mirada nos desliza
esa caricia y...
¡sonamos!
vibramos en todos
los tonos que somos;
sí, el amor es el sonido
de un par de cuerdas
en concierto...;
hazlo de nuevo,
tócame.

IRMA PÉREZ
Tengo una emoción guardadita...
a nadie le contaré
que lloro cuando me pienso
cuando recuerdo la niña
que la mujer no deja de ser
cuando llega este mes de marzo
y el amor se pone a reunir
mis monedas de oro
en una bolsita de colores
que me cosió
días antes de yo nacer;
sí, por eso lloro como agua
que le sobra al mar
y también,
por eso es
que a nadie le cuento,
porqué lloro.

IRMA PÉR
EZ

PROFÉTICO


Viene una caballería armada,
al frente son carne y hueso 
cabalgando en contra

hostiles y resentidos,
como el más despiadado adversario;
vienen a degollarlo,
a atravesarlo por el centro

querrán patearle como otras veces,
escupirle,
endilgarle sus miserias con ensañamiento y,
con arrogancia y frialdad
mirarle desde arriba

vienen todos envalentonados a invalidarlo;
por todos lados echando baba y plomo,
secundando una guerra
unilateral e inútil

de este otro lado,
el amor aguarda
desarmado,
firme,
dispuesto a defenderse sólo

les mira de frente
con melancólica ilusión,
no le teme a ellos,
le teme a la profecía:
que otra vez,
tampoco le vean.

IRMA PÉREZ


Un minuto sí,
el otro no,
el siguiente sí,
el otro no
como oleaje con
distintas mareas,
viene,
va,
a mi orilla va
y viene,
un minuto sí,
el otro no,
el siguiente sí,
el otro no
y así,
en esa sucesión
todo-el-día...
...pensándole.

IRMA PÉREZ
Tu realidad es un aguacero
que arrecia
sobre nuestra hoguera
los intentos 
por mantenerla viva,
fracasan, uno tras otro
vacío mis pulmones,
traigo más leña,
abro ventanas,
gasto cerillos,
pero, a esta distancia,
sólo yo veo
cuánto de ceniza
somos ya, tú y yo;
juntos sostenemos
aquel paraguas cuando
coincide la calidez de
nuestras manos,
cuando no,
tu realidad es un aguacero
que arrecia sobre mí;
qué suerte tendremos de
no empaparnos,
de no correr como ceniza en agua
por las alcantarillas más cercanas,
si ambos sabemos que
ese techo -de hilos o cemento-
cada día está
más lleno de rotos.

IRMA PÉREZ
La puerta está abierta,
entran y salen
las águilas de la espuma
la próxima que se asome,
apuntará su pico
dándome la espalda
embelesada,
distraída,
ya atrapada;
la puerta está abierta,
yo estoy afuera
y,
estaré.

IRMA PÉREZ
Algún día
volveré a mi casa,
allí
donde una silla espera
frustrada y solitaria,
como el chiste malo
de una habitación de lujo
algún día
sabré qué decir,
y sacaré las palabras
rompiendo sus fundas
para que respiren otra vez
sin más espera,
sin otro ensayo,
con el juicio dado de alta
y la frente bronceada
papel y vidrio serán
la misma cosa,
otros ojos leerán atónitos
y otros oídos
no querrán oír
ese día,
cuando vuelva y cuente,
de qué se trata el silencio
cuando es insoportable.

IRMA PÉREZ

El tiempo no conoce
la paciencia
aburrido en su rutina,
parece eludir el tedio de 
no ser más que eso
y, de no tener boca que besar
el tiempo es un envidioso
asolador de la luz
y de los ánimos
nadie se escapa
de perder el aliento
o de claudicar
en la insuficiente pausa,
pues, él,
desde de su primera
y única lanzada,
sólo sabe correr.

IRMA PÉREZ
A su efímero paso,
la felicidad me ha dejado
al filo del miedo
su silencio es espantoso y
el entorno habitual,
es un abrazo sin brazos;
me pregunto,
en su brevedad,
¿qué habrá querido decirme
mientras estuvo?
¿dónde podré esconderme
ahora, de lo inconcebible?
quizá la tristeza
sea menos cruel,
quizá no demore
quizá, tranquilamente,
me lo explique.

IRMA PÉREZ
El mundo y sus munditos,
esos pequeños círculos 
en donde siempre reina
un rey sin reina,
y una reina sin rey

munditos
como puntos negros
de un cielo nocturno
que riñen por el brillo y el
protagonismo,
tras máscaras que se amoldan
según la mentira
o la vanidad más viral

el mundo fue
lo que cayó de las manos
de ese Newton, que quiso saber
qué quedaría útil
luego de aquel vertical suelazo
pero, por más mejorado
el génesis, o que las manzanas
dieran su dulzura y su belleza,
el mundo siempre ha
descuartizado sus bendiciones

caída y pecado
son los reconocidos gusanos
culpables de la desintegración
del mundo

creencia justificada
y precedida ahora,
por esos munditos
en cabeza de una sola mujer o de
un sólo hombre que,
como reyes ególatras
con tendencia al engaño,
van disparados
hacia un agujero negro
y en sentido contrario a
nuestro único y absoluto
lugar de origen.

IRMA PÉREZ

En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para tí, a donde volver siempre.

INDEFINIBLE

  La biblioteca prende luces -silencio- las manos abren afanosas sus libros el tiempo pasa sobre ruedas aceitadas se traban las agujas, los ...