UNA MUJER, Y OTRA
De un puñado de estrellas
no se saca un arito de oro
no se saca un arito de oro
no es como se cree
no es como se quiere
no es, como nada;
no es como se quiere
no es, como nada;
demasiadas lágrimas han rodado
cuesta abajo
desde la cuna hasta el acunar
cuesta abajo
desde la cuna hasta el acunar
una mujer, y otra
se acurrucan
sobre piedras más blandas
que lo vivido
se acurrucan
sobre piedras más blandas
que lo vivido
no hay cuento azul
ni final rosa
el silencio es un habitante
en la oscuridad de la garganta;
ni final rosa
el silencio es un habitante
en la oscuridad de la garganta;
todo lo que brillaba del universo
se fue apagando como
velas amanecidas a los pies
de los santos
se fue apagando como
velas amanecidas a los pies
de los santos
la soledad y la tristeza enriquecieron
mientras que la alegría
nunca pudo burlar a la pobreza
mientras que la alegría
nunca pudo burlar a la pobreza
por eso
de un puñado de estrellas
no se saca un arito de oro
de un puñado de estrellas
no se saca un arito de oro
no es como se cree
no es como se quiere
no es, como nada
no es como se quiere
no es, como nada
el cielo no es uno sólo
como una sola, no es la mujer
como una sola, no es la mujer
para ella
el cielo puede ser
un techo cuadriculado
un bombillo en intermitente agonía
una tarde entre sabores
un segundo
unos ojos de miel...
dorados
redondos
dulces
lustrosos
vitales
el cielo puede ser
un techo cuadriculado
un bombillo en intermitente agonía
una tarde entre sabores
un segundo
unos ojos de miel...
dorados
redondos
dulces
lustrosos
vitales
como un aro estelar
alrededor del pulso.
alrededor del pulso.
IRMA PÉREZ, La Pillis – 2017
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