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sábado, 25 de febrero de 2023

 

Buscaba una canción para mi amor,

una más,
una única,
una precisa
una como él: soleada, salada,
dulce como una balada

de repente apareció el tiempo
mirándome con su rostro desangelado de ayer,
melancólico, épico;
de soñar, histérico;
de esperar, anémico;
de no vivir, eufórico;
de no creer, caótico;
no obstante,
irreconocible en su minuto único

de inmediato deshice el desencajado recuerdo
por el instante incomparable de este "ahora" en que 

estoy en medio de este universo amoroso
que se recrea dentro del marco
de una banda sonora compuesta para
una historia de amor de mil matices jubilosos

al decir esto,
me subo como espuma voluptuosa,
arrebatada y pletórica de goce

¡qué cosa!
casi pierdo la consciencia de arribar
a la consciencia,
casi omito el darme cuenta
de que hay tiempos que llegan y se instalan
imperceptiblemente,
como la madurez,
como la noche,
como el verano,
como la cosecha,
como este, tan feliz, ¡felicísimo!
en todo el recorrido de su momento

buscaba, buscaba y encontré
la recompensa del tiempo;
la oportunidad para celebrar
el florecimiento del alpiste mutuo;
la revelación de que el presente
es el "por fin" de un momento en que
reunir todas las canciones de amor,
para mi amor,
me es pequeño e insuficiente

y así, en las rutinas de un día ordinario,
también encontré las múltiples
variaciones musicales de mi voz,
voz que ruge, que susurra,
que lagrimea agradeciendo por él
y por la fina y delicada textura
de esta mismísima hora
de terciopelo palpable.

IRMA P.

sábado, 18 de febrero de 2023

 

Que cómo nos dividimos,
que cuál es tu bandera;
¿desde dónde comienza tu casa?
tu sangre... ¿mancha como la mía?

corta la visión como la nariz,
eso es lo que pasa

la vida se divide cuando ve
imposible su conservación;
ella se convulsiona sin renunciar
a un lugar, a una oportunidad,
mientras,
el tiempo histérico se niega a devolverle
lozanía, pan y aire

tierra

el mundo es un loco de ojos rojos
que no para de amenazar suicidio,
entonces,
sobrevivir es el afán único
del que rueda y rueda pero con hambre;
se huye,
se marcha a ciegas pero viéndolo todo

tierra

un día, con el miedo al cuello,
mis abuelos cruzaron el océano
hacia donde les fue permitido vivir

tierra

revuelto el frasco,
de dónde es la sangre que no murió
por falta de alimento,
a quién le pertenece el siguiente
tramo del rio

tu sangre...,
mancha como la mía.

IRMA P.

En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para tí, a donde volver siempre.