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martes, 25 de junio de 2024

DE MI NOMBRE


Hola, soy IrmA

si se fija bien y con cierta paciencia,
en el interior de mi nombre están
esas dos consonantes invisibles que soy:
la "R"
de rinoceronte,
de remolacha,
de rayo y
de romance,
la del "re" que antecede a tantos verbos
y, la de la segunda nota musical

soy también la "M"
de mosca,
de matriz,
de montaña,
de melón,
de molécula,
de menos,
de más,
la de la nota Mi... ¿mi?

ahora, en cuanto a mis vocales...,
a ellas no les dé mucha importancia,
a esas
las observo yo,
las tiemblo yo,
las vigilo y las aguanto yo,
ellas son las torres de las esquinas
del tablero en donde juego,
la medida que me recuerda 
mi distancia entre 
la tierra
y
el cielo.

Hola, soy IrmA.


IRMA P.

lunes, 24 de junio de 2024

HAY DÍAS

Hay días vacíos,

días con residuos de otros días,

días limpios

y días consumidos




hay días llenos de gracia,

y días llenos de hastío



hay días que terminan solos

y otros, que no terminan 

hay días contigo,

y días,

y días

y días 

sin tí.


IRMA P.

Arte, Aldo BALDING


jueves, 13 de junio de 2024

 A PROPÓSITO DEL DÍA DEL ESCRITOR,  DE LA ESCRITORA Y DE LA ESCRITURA 


En todas partes del mundo hay uno, en todos los lugares una persona apretando un lápiz, tecleando ideas, anotando sueños. Allí, en el barrio, en la oficina, en el campo, detrás de unas gafas cualquiera. 

Ellos quizá hablen poco, quizá se la pasen mucho tiempo a solas, tal vez parezca que están ahí y ¡están!, pero sólo físicamente; quizás están soñando con los ojos abiertos o bien inventando los detalles de una historia; así como hay otros que sólo escriben de lo que van viviendo o de lo que están buscando o bien, de lo que no saben, para saber. Quizá es ése que escribe y escribe y no para, porque el punto final -impredecible- es lo único que detiene las palabras -plumas- de perderse o irse con el viento. También está el del "bestseller", el que prefiere el anonimato, el que no ha podido publicar nunca, el que viaja para escribir y el que escribe para vivir. El que sólo escribe. 


En todas partes del mundo hay uno, un ESCRITOR. Qué bien. Ellos son los que hacen posible los diálogos universales porque pueden ponerle tono, tiempo y voz a todos los seres vivos y al entorno natural que, de mudo no tiene nada. En realidad, pueden poner lo que les de la gana, porque ellos habitan en la periferia y en el centro de lo imaginario, en donde encuentran un mundo paralelo que crear. Pero así también, son ellos los que han entregado su existencia y dado su vida, con tal de decir y contar, sin un ápice de falsedad o mentira, de miedo o cobardía, "por dónde es que viene y va el agua que pasa por el río".


Los Escritores, maestros imprescindibles, como los niños recién nacidos o como los ancianos felices. Aunque a veces se enredan, se cansan o se demoran cargando "todo el llavero", siempre logran abrir todas las puertas de la vida real pues las consideran todas, todas imaginarias. 


Y así, al que más y al que menos haya escrito un texto, un renglón, un párrafo o un verso para otros, para tí, para mí, HOY se reconoce la importancia de su oficio, el propósito de su misión y la razón de ser de su vocación. Se le agradece. Se le lee. 


A todos ellos, ellas, eslabones contiguos mano a mano, cómplices de la provocación del pestañeo y la salvaguardia de la causa y el efecto de este oficio, 

¡FELICIDAD, GRATITUD Y LETRAS! 

🖋️🤍🎈


#poesía #lyrics #escritores #palabras #literatura #DiaDelEscritor



martes, 11 de junio de 2024

SENTIPENSANDO - Lamparitas

 

Al nacer, todos llegamos con una lamparita encendida. Es nuestro deber y nuestro derecho mantenerla así durante todo el trayecto de la vida y mientras caminamos hacia nuestro horizonte particular pues, calor, fuego y luz son las tres cosas fundamentales que necesitamos para acompañar la existencia. 

Calor: la justa medida del amor que procura, privilegia y preserva la calidad y calidez de todas las cosas que armonizan y equilibran la vida.

Fuego: la justa medida de apasionamiento y entusiasmo que todo lo mueve, lo potencializa, lo crea y lo reinicia. 

Luz: la perfecta medida de conciencia y sabiduría que todo lo revela, lo encausa, lo facilita y lo ilumina. 


Al nacer, todos llegamos al mundo del bien y el mal con una lamparita encendida.  Cada lamparita pertenece a uno y a un sólo ser único; pero ellas son al mundo, como los dedos a la mano. De la vida, son la vida; del ser, son el don. 

Al nacer, todos llegamos con un don. 


IRMA P.



domingo, 9 de junio de 2024

SENTIPENSANDO - Ha muerto un árbol

Ha muerto un árbol. No era cualquier árbol. Era mi vecino. Vivía justo frente a la ventana en donde me siento a escribir todos los días. Era un compañero de diálogos e intercambios de savia, de lúdica e inspiracional belleza. Era un ser vivo majestuoso y longevo. Cayó de repente hace un par de días, como han ido cayendo otros que, como él, se cargaron de agua tras continuas lluvias que hicieron que sus raíces no encontraran tierra estable y suficiente para arraigarse y aguantar su peso. Qué pena se siente ver la caída de un gigante; de un gigante desinteresado y generoso.

Ahora me pregunto sobre lo que sigue para él, ¿qué pensarán los guardabosques y la industria maderera cuando lo vean ahí tirado? Enorme él con su larguísimo y robusto tronco tendido y dispuesto a ser retirado en pedazos, en pedacitos. 

Pero, yo quiero ir más allá del evento, del mueble o la pieza de madera en la que lo convertirán. Los árboles originalmente son seres vivos. Las industrias, todas ellas movidas por seres vivos. Nosotros, seres vivos que lloramos a nuestros muertos. ¿Llorarán los árboles a sus similares cuando éstos caen definitivamente al suelo? ¿Le harán duelo? ¿Le temerán al momento de su turno? ¿Notarán ellos sus ausencias? Todo esto, absurdos de preguntas que se me ocurren a sabiendas de que jamás rebotarán respuestas comprobables o ciertas. Qué tontería la mía ahondar en estas cosas; todos los días se cae o hacen caer un árbol por ahí. Hay asuntos más importantes en qué pensar, en qué ocuparse, dirán. 

Y sí, qué necedad cuestionarse sobre el comportamiento de la naturaleza si tantas veces, ella solita, se ha explicado por sí misma; es maestra, sin academia y sin retórica; ejemplar en su constancia, consistencia, entrega y puntualidad; contundente y sabia al enseñar que ningún ser vivo es paisaje mientras ocupa un espacio y respira. 

Ha muerto un árbol. No era cualquier árbol. Era un digno galán de una exuberante arboleda que ahora, desde mi ventana, se ve incompleta; danzaba, cantaba, me daba ideas, limpiaba el aire y guardaba nidos. De buena madera era.

I.P.




viernes, 7 de junio de 2024

SALIDAS

Qué problema cuando se tapan los sifones,
se amanece con el agua al cuello y
la humedad calada dentro de los huesos;
todo lo que cae encima se va juntando
y formando una densa bola de mugre y desperdicios
que taponan y dejan sin salida
el único camino que permite continuidad,
descarga, fluidez, limpieza y respiro
no se puede vivir con las rodillas tiritando
y la casa con las paredes blandas;
tampoco engañar al olfato si los desagües pierden
la apertura de sus rejillas y su capacidad de curso libre
los sifones son eficientes conductos
comunicantes y liberadores;
son como gargantas abiertas por donde ha de pasar
el lodo nocturno y la luz del día
de un lado a otro sin atascamiento;
si no es así, esa tubería siempre estará ahí
para recordarnos que algo no circula bien y que,
no será de otro modo,
si no se interviene, inmediatamente,
con algún poderoso solvente o la herramienta indicada;
que no valdrán aromas que disfracen de dulce el aire
ni sofisticados sistemas de secado
para lo que asciende rancio y largamente estancado;
que su contenido se retirará por impulso y por momentos
pero que, sin opción, siempre se devolverá drásticamente,
haciendo notar la fuerza de lo que yace represado,
amenazando desborde y revolución;
sí, así como lo hacen esas cosas procrastinadas
en las cañerías del alma



cuando se tapan los sifones puede suceder cualquier cosa
pero, qué iba a yo a imaginar
el derrotero al que iban a dirigirse estas palabras;
había querido contar lo que vi esta mañana cuando
vi correr alegremente el agua
hacia un sifón des-obstruido por mi escoba
siendo así, terminé escribiendo -porqué no decirlo-
sobre algo que nos pasa a todos en la vida,
en lo cotidiano,
en los intestinos,
en lo profundo,
en los insondables silentes sifones del alma.

IRMA P.

domingo, 2 de junio de 2024

 La última vez que fui al futuro

no logré llegar muy lejos


nadie sabe para dónde va y

sin embargo, aquel lugar está lleno


las paredes se levantan sobre la tierra 

donde antes se extendían

con vitalidad otras raíces 


la sangre es pálida y tan espesa 

como fluido de agua enferma

-eso se ve en los ojos,

no en las pieles-


hay esquinas cuyo cruce da igual,

hay cruces en las esquinas


hay millones de puertas idénticas 

con números indescifrables

que son como tapas de frascos 

de laboratorio 


hay un ser humano 

en cada frasco de laboratorio 


hay un embudo

estrecho,

categórico,

soberbio


se realizan experimentos

en donde se filtra luz 

sin sol ni luna


inevitable, la mesa se seca y 

cae der rodillas hecha polvo,

el piso cruje rabioso su tapete de vidrio

y la vida llora la ausencia 

del manto del río

ahora, que anda descalza


la última vez que fui al futuro,

no logré llegar ni cerca...


no tengo los zapatos para ese mundo.


Irma P.



En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para tí, a donde volver siempre.

DE MI NOMBRE

Hola, soy IrmA si se fija bien y con cierta paciencia, en el interior de mi nombre están esas dos consonantes invisibles que soy: la "R...