Ridiculeces, chismes y bufonadas; rarezas increíblemente privilegiadas que suben como espuma sobre el gusto y el antojo de la humanidad.
Un mundo "raro", dicen, y ese adjetivo lo absuelve todo.
IRMA P.
Aquello que vemos como el fin de la lozanía, del ímpetu y majestad del
hueso, la sangre y la piel,
conlleva una algarabía silenciosa y una infantil ilusión amansada en su interior;
el intangible anhelo con que avivamos la continua sucesión
del hilo que cose, apasionado y fino, el ajuar de las edades del tiempo
eso es, un avistamiento sin distancia a los saldos a favor y en contra que,
desde la privilegiada condición de "ser vivo" en tránsito y en constante
patrullaje de razonamientos, sentimientos y sentidos, eventualmente nos ubica
-tras una vida de tenaz sobrevuelo dentro de un mundo subacuático
de cíclicas mareas terrenales- a un escalón -de paso grande-
por encima de las preguntas que nos hicimos tantas veces, sobre el acierto de
los derroteros, la consecuencia de las primeras veces y el sentido vital de todo
eso es, el punto de madurez que, en-vejez-siendo, conserva rejuvenecida
la intención de movilidad y de deseo y de más;
que detalla perfecto el trazo que dibujamos en el tablero del tiempo
y la huella del mordisco que dimos por gula, hambre o saciedad
eso es, la sustancia activa que permanece, es decir,
la protagonista de la reciprocidad del amor
eso es, la evidencia propia y explícita de los aciertos categóricos que no
ofendieron flora y fauna, pero también, de los errores que, reincidentes,
humillaron la cortesía de las ternuras y tesituras de la especie
eso es, la altura a la que llevamos, en justo relevo,
la antorcha palpitante de nuestros presentes antepasados;
la oportunidad de ser ojos de otoño anunciando ascensos de primaveras y,
desde aquel anhelo de ocre sabiduría arcillosa,
prever un invierno de fuego continuado que atenúe el sobrepeso del frio y
la hipertensión de los estragos
eso es, la gran finalidad de un principio y, el principio de la finalidad;
la tangible lozanía, ímpetu y majestad del primerísimo respiro a la vida,
-sostenido en notas de aire de cortos nombres con la duración de un aplauso-
hasta el término de gracia, de la precisada completitud.
IRMA P.
El arte, cualquiera que sea, es un campo abierto para visitar y experimentarnos "en" y "desde" la emoción. La emoción es el "big bang" que nos activa y nos mueve. Todo arte es un pequeño "Big bang" en el universo infinito del ser.
Los "críticos del arte" son como partículas desorbitadas que andan detrás de averiguar teorías inútiles e imposibles, en un espacio de soberanía universal sin nombres.
Irma P.
Un día te das cuenta de que la verdad es la mentira que todos están acostumbrados a oír.
Un día te das cuenta de que decir la verdad es mantener aceitadas y abiertas todas las puertas.
Un día te das cuenta de que decir la verdad es "increíble".
Un día te das cuenta de que la verdad molesta como pisotón al callo del ego y que ése es un dolor que, siendo agudo, es justo y necesario.
Un día te das cuenta de que la verdad tiene nombre propio, lugar y tiempo propio, y que no necesita intercesor, ni moneda, ni retórica de discursos terrenales.
Un día te das cuenta de que la verdad no sólo facilita la vida, pero también despeja el camino de tentativas falsas que sí conducen a abismos certeros e irreversibles.
Un día te das cuenta de que la verdad es la realidad que el mentiroso no puede soportar sin avergonzarse.Un día te das cuenta de que la verdad es una pieza única, como una auténtica piedra preciosa en nuestras manos.
Un día te das cuenta de que una vida por fuera de la verdad, es una vida en coma estando consciente y con unas ganas insoportables de despertar.
Un día te das cuenta de que la verdad, es que no hay verdad absoluta, que cada ser tiene la suya y que es digno de ella, privilegiado y soberano de ella; claro, hasta que miente.
Un día te das cuenta de que la verdad, sea cual fuere, es el único escenario perfecto para ejercer la libertad de vivir y vivir en libertad.
Un día, como hoy, te das cuenta de que crees saber la verdad de la Verdad, y entonces encuentras, en cambio, que tan sólo estás empezando a averiguarlo.
IRMA P.
La Poesía mira bajo la epidermis del simple acontecer, siempre más allá de la piel, por donde se siente más caliente o más frío, por donde transita el caos o la bendita pulsación.
Se le llama Poeta al que sabe interpretar ese lenguaje mudo sin señas ni símbolos, y puede explicarlo con nítidas imágenes de tangibles letras.
Si no queremos bonito al Ser único que somos, terminaremos siendo como esos bajitos de estima que se la pasan mirándose en su propio reflejo de agua para no sentirse solos, para no verse solos, para no saberse solos. Como "los Narcisos", confundidos ególatras por castigo -pobres al fin- siempre necesitando en exceso para poder sobrevivir la profunda soledad que les habita, por la absoluta desproporción del amor que carecen.
I.P.
Ridiculeces, chismes y bufonadas; rarezas increíblemente privilegiadas que suben como espuma sobre el gusto y el antojo de la humanidad. Un ...