No aspiro a la cordura, puesto que fue allí
desde donde se lanzó la razón para callarme
no quiero del agua, el silencio;
ni de la tierra, su boca contenida
tengo la noche entre letra y letra,
tengo un montón de luces quebradas,
tengo la sensatez a media gana
y algunas ilusiones de luto
pero tengo también una ventana,
una ventana cruzada de amarillo luna,
un reguero de semillas sonriendo afuera
y una sonrisa de pájaros como horizonte
no renuncio por eso a la locura,
puesto que es allí, desde donde me habla
el trigal con frenesí y me convence
limpia su voz, me dice a veces:
"un cultivo de espigas", eso somos,
y una sola espiga, ¡eso es pan!
IRMA PEREZ, La Pillis - 2017
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