Unas veces, uno anda por el miedo
como si fuera la primera vez
pero no, dicho mejor,
como si el miedo le anduviera a
uno como un habitual burgués.
¿De quién de los dos
es el espacio que ocupa ese espectro,
ese fantasma que no es nada pequeño?
¿En qué momento
esa mole pulverizó la roca?
¿Cuándo fue que el corazón, aterrorizado,
no pudo olvidar jamás…?
Uno pudo no haberse caído nunca
por ningún abismo,
que los precipicios hubieran sido
sólo imágenes de fotografía,
y los terrenos escarpados, un mundo
aparte y lejano como el
escenario de una película de ficción
pero,
esa
caída
hacia el vacío
con el pecho atravesado y hueco
en una interminable agonía de
incomprensibles lágrimas
luchando por la vida,
lo juro,
sí que es un recuerdo mío.
IRMA PÉREZ, La Pillis – 2014
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