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miércoles, 5 de marzo de 2025

DESEO

Cuando recojo mi pelo 

puede que esté ausente o esté presente 


a veces, lo recoge la rutina sin avisarme,

el calor sin paciencia o

el placer sin espera


Cuando recojo mi pelo 

puede que tenga intenciones de 

ser princesa con los aretes de la luna 

o ser plebeya con su collar de estrellas 


Cuando recojo mi pelo 

puede que esté evitando 

el desorden, el frío o la molestia o que,

simplemente, esté deseando 

las bienvenidas manos que lo toquen 

y que en ellas

lo suelten. 


IRMA P.



martes, 25 de febrero de 2025

 La vida tiene tantas cosas maravillosas, sencillas y bellas que pasan desapercibidas... Y no es que estemos ciegos para verlas, no, ¡que va!, estamos incapacitados, tramados, distraídos en el deseo por otras cosas que también pasarán desapercibidas, una vez se nos pase el anhelo que nos ocupa, temporalmente, toda la vista.

I.P.


https://youtu.be/MAY1UoQYMHk

lunes, 24 de febrero de 2025

 🖊 En el extraordinario y fascinante ejercicio de escribir, las palabras se llaman unas a otras; el mérito es estar ahí, justo en ese momento de resonancia y rigor con total receptividad y apertura. El ojo del alma que las recoge, determina la poderosa secuencia.

I.P.

sábado, 8 de febrero de 2025

A propósito del amor no correspondido, este es un poema para todos, pero en especial para aquellos que lo han vivido o que están en ello.


Dice 🖋️...


DEL AMOR QUE SE LLEVA A SOLAS


A veces, uno se enamora,

sólo uno,

entonces uno se queda con 

una sonrisa estúpida en el rostro,

con una mueca que se acentúa

cada vez que uno recuerda y disimula 

mientras se aguanta la histeria

de un músculo que quiere torcerse

y todos los motivos para llorar


uno sabe,

la vaina es incontenible;

el desconsuelo del amor solitario deforma 

y no se conforma con el declive y desahucio 

de una ilusión tan divina


se llora porque se llora,

porque nada duele más 

que despedirse de todo,

del otro y de todo su todo;

porque se teme por el amor que se siente 

que no encontró orilla para sus olas

ni halló oído para su coral


uno se enamora, sólo uno,

y luego la garganta se va llenando del 

tremor nervioso de la queja,

de los ruidos destemplados del

corazón roto por 

el interminable desfile de palabras 

que se quedaron sin decir, sin escuchar,

huérfanas del beso y lo besado 


uno no piensa pero, es mejor

dejarle al silencio 

que se encargue de palearle

las rabietas al dolor, 

de estrangularlo antes del

disimulo del grito porque, 

aunque uno sabe que 

ninguna emoción se completa

sin hacer sonar el cuerpo,

en cuanto al amor que se lleva a solas,

no hace falta tener lágrimas en los ojos

para saber 

que se está llorando.


IRMA P.


domingo, 26 de enero de 2025

 "Son innegables sus características majestuosas y monumentales", se me ocurre pensar... Y entonces, va llegando la inspiración mientras voy reconociendo los detalles que hacen auténtico y entrañable el contenido y el recuerdo del instante de esta foto.  

Así pues, pienso en él, en el amor. El amor que requiere lugar y espacio en cada tiempo; que cada vez que se manifiesta en algo tangible (que lo hace y en miles de formas), requiere de un asiento gigantesco, infinito si acaso, para caber del todo; una silla estable y sólida, tramada en su interior con las venas obstinadas y orgullosas del roble, y diseñada con espléndida métrica suficiente para ajustar la inconmensurable extensión de su esencia sin bordes; una silla acogedora y cómoda en donde sentar indefinida pero confiadamente a la incertidumbre, a la espera, a la rutina y al cansancio; que recoja en sus brazos la oceánica lágrima en compañia. Una silla que aguante lo temperamental de las emociones, el efusivo asalto de las alegrías y el avasallamiento del impacto de las tristezas; que cuando se mueva la tierra -porque se moverá- resista de pie e ilesa, gracias al robusto aguante de sus cuatro patas sin miedo, paradas ellas sobre la flexibilidad de la danza de su elegido suelo; y luego que, de cara a la vida y al retorno de la calma -porque volverá la calma y porque la vida va de giro en giro-, pueda el amor levantarse de allí, una y otra vez y otra, pronunciándose manifiesto, probado, fortalecido y verdadero en la continua y elevada floración de todas sus maestrías. 

Sí, el gran maestro es el amor, magno sobre extraordinarios; sus recompensas lo avalan. 

Y sí, el amor, majestuoso y monumental, no cabe en una silla cualquiera. 


IRMA



viernes, 24 de enero de 2025

O EN DÍAS COMO ESTE

 Noches como esta en que la lectura quema los ojos. Arden los espacios que rabiosos avivan el fuego de las diferencias y levantan odios y distanciamientos al calor de los ánimos. Al final, la casa de todos se incendia y, profundamente dividida como está, parece que nadie escapa del incontrolable desfogue de ese nefasto apasionamiento, tan inútil para cualquier propósito o causa.

Noches como esta en que no se sabe qué agua alcanzará a sofocar la combustión alzada de una multitud enardecida que riñe con otra por la invalidez de sus convicciones y el menosprecio a sus elecciones. 

La casa de todos arde y, esta noche, hasta el cuerpo de bomberos le pertenece al fuego. 

I.P.

En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para tí, a donde volver siempre.

DESEO

Cuando recojo mi pelo  puede que esté ausente o esté presente  a veces, lo recoge la rutina sin avisarme, el calor sin paciencia o el placer...