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jueves, 29 de abril de 2021

DANZA

Danza, danza por mí,

sé fibra y fuerza de mis piernas,

sé mi maestra hora de vuelo,

sé pluma ligera para mis alas,

concédeme ese ascenso sobre

tus pies de hierro,

llévame a donde la música 

me hace pájaro de tu cielo.


I.P.



Aunque seamos olas diferentes, 

aunque nos encrespemos o reposemos

en distintas orillas,

todos,

todos somos agua de mar. 


I. P.

EL TAPABOCAS DE LA PANDEMIA

Hace un buen tiempo 

me quedé sin qué decir,

y esto que digo 

no debería ponerse en duda

aunque no haya dejado de

sonarme la voz o la cola de cascabel 

cada vez que haya rugido la amenaza


-bendita pandemia, dice la muerte, desde

la abundancia de su buffet-


la verdad es que 

tengo en el pecho una laguna;

de su fondo, hondo, 

sube un pasmoso y lúgubre silencio, 

y una queja aúlla vapores metálicos 

sobre la visual de la superficie

como un espinoso tapete de larguísimo llanto 

por el que va caminando una 

interminable procesión de palabras, 

todas ellas, vestidas de luto


no es la mudez del despreciado 

ni el mutismo de la violentada;

no es la reserva del cauteloso

ni el desconsuelo del doliente;

hay en la garganta

-de todo el que tiene garganta-

un hilo de aire haciéndose nudos,

un grito brutal apretado, atorado;

hay una mueca en el rostro de la vida que, 

con los ojos cansados y llenos de lágrimas, 

va sonando como puede y diciendo:

¡maldita pandemia, por fin muérete!


Irma Pérez



 La mejor manera de recordar que estamos vivos es 

¡ E M O C I O N A N D O N O S ! Los niños lo tienen clarísimo, sólo hay que observarles. De pronto, se preguntarían: "Y, ¿de qué otra manera?"

Usted lee esto y pasa. Claro, no es cosa de decirlo y sentirlo, y ya está. "Los grandes" hemos vivido, nos ha ido mal, nos ha dolido; no hemos olvidado, no volveremos a..., tantas cosas. Sin embargo, nos escondemos a la hora de aceptar que no sentirlo y no hacerlo (emocionarnos), involucrando todos los sentidos, reconociendo las sensaciones, disfrutando los placeres que provienen de allí, conocer y conocernos, no buscar eso, no disponernos, no imaginarlo es, ya en sí, un trágico e imperdonable destino para una biografía irrepetible. 


No podemos conformarnos con respirar tan sólo, pues el vivir comienza justamente en el segundo siguiente. 

I.P.



sábado, 17 de abril de 2021

UN CORCEL


Un caballo negro
me galopa el pensamiento,
sus cascos golpean desordenados
levantando polvo y ruido,
como retando a la cordura y
a la quietud del alma
un caballo blanco
me lleva parsimonioso y firme
entre la espesura de la incertidumbre,
amortiguando el peso y el paso,
como aceptando el camino y
al caballo negro que,
también soy
Si tuviera que elegir entre uno y otro,
no sería al más veloz
ni al más corpulento,
ni siquiera al más imponente
o al más fino
yo necesito uno
de pecho ancho y piernas ligeras,
un corcel
sin amo, amado,
uno,
con los dos colores del equilibrio.

Irma Pérez



 

El miedo a equivocarnos corrompe la posibilidad de hacer, de experimentar, de conocer, de estar, de ser, ¡de todo! Podríamos decir, que otorgarle poder y dominio a ese miedo es ya, en sí, la equivocación en pleno. Es como estar sometidos a un temblor en las convicciones y en el criterio propio, en la confianza y el amor hacia uno mismo. Cómo saber nuestro alcance o desplegar el potencial del beneficio que está en nuestras manos, si cada momento desperdiciado es la oportunidad que tuvimos para verlo realizado. Igual, si nos equivocamos, estaremos liberando el tenso nudo de aquello que es anquilosamiento y resistencia bruta para la continuidad de los sueños que precisan un franco derrotero y confiables coordenadas en cielo abierto. Al final, y después de todo, siempre hay un verbo disponible y posible: Rectificar.

Irma Pérez

INDEFINIBLE


La biblioteca prende luces
-silencio-
las manos abren afanosas sus libros,
el tiempo pasa sobre ruedas aceitadas,
se traban las agujas,
los ojos se clavan en las hojas,
las lupas cavan los textos y los versos
-ninguna mirada en la horizontal-
el tiempo impacta la jornada,
unas llaves anuncian cierre,
miles de textos regresan
avergonzados a su estantería
las caras ocultan resistencia,
alguien insiste, suplíca en voz baja
entonces,
todos se miran y lo saben:
nadie encontró
la definición del beso.

I.P.

EL BESO

El beso:

el redondo

el atemporal
el omnipotente
el lascivo
el esquivo
el culpable
el origen
el humedal
el vértigo
el habitable
el incorruptible
el conquistable
el sedoso saludo del listón
el toque del milagro
la boca tuya.

Irma Pérez


jueves, 15 de abril de 2021

FLORES DE NOVIAZGO

 

Este mundo de lengua desmesurada y ojo tibio,
este mundo distraído con
fuegos artificiales y artificios de neón,
este mundo con su
cristal quebrado y su corona
sin cabeza,
este mundo asintomático y con
los pies ardiendo, anestesiado del hueso a la sombra
este mundo a nadie escriturado,
sin voluntarios para liberar el campo
este mundo de absurdos
que corren sobre rieles torcidos
y entre vacíos laterales
en vagones de lujo sin nido lleno
este mundo así... y, de repente,
te llega como flores de noviazgo este poema
para, llegado a este punto,
haberte cargado en sus brazos por un momento,
al otro lado de todo lo que es este mundo.
Irma Pérez



DE LO EXTRAÑO DE ESTE TIEMPO

 

Abusa lo extraño de este tiempo
de nuestra voluntad y destino
tan a la deriva
los caprichos de la incertidumbre
han anestesiado el paladar
de los sueños
sin dejar rastro de sabor en la lengua de este día
que va pasando ya
delgadísimo y corto
por el ojo de la aguja que
cose la perplejidad
este tiempo,
arbitrario y contradictorio,
ni siquiera pasa lento
como sucede cuando los
amantes se esperan
o los niños esperan
o nos esperamos tú y yo
abusa lo extraño de este tiempo
del tiempo presente que no
avanza a ritmo de alta ola
pero tampoco, de ola en calma,
se excede con cierta crueldad
desde donde nos mira
mudar de piel y
cambiar de domicilio, de atuendos,
correr en pistas y en tareas simultáneas,
aprisa moler las horas y el hueso de la paciencia
todos los días nos ve prender y
apagar las luces del pensamiento,
del ánimo, de la casa
y a nosotros, a ti y a mí,
aguantar el desvanecimiento
en la memoria del extrañadísimo
abrazo nuestro,
antes de que, como él,
empiece a parecernos extraño.
Irma Pérez




En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para tí, a donde volver siempre.