La mejor manera de recordar que estamos vivos es
¡ E M O C I O N A N D O N O S ! Los niños lo tienen clarísimo, sólo hay que observarles. De pronto, se preguntarían: "Y, ¿de qué otra manera?"
Usted lee esto y pasa. Claro, no es cosa de decirlo y sentirlo, y ya está. "Los grandes" hemos vivido, nos ha ido mal, nos ha dolido; no hemos olvidado, no volveremos a..., tantas cosas. Sin embargo, nos escondemos a la hora de aceptar que no sentirlo y no hacerlo (emocionarnos), involucrando todos los sentidos, reconociendo las sensaciones, disfrutando los placeres que provienen de allí, conocer y conocernos, no buscar eso, no disponernos, no imaginarlo es, ya en sí, un trágico e imperdonable destino para una biografía irrepetible.
No podemos conformarnos con respirar tan sólo, pues el vivir comienza justamente en el segundo siguiente.
I.P.
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"Toda crítica verdadera es un acto de amor".