- Y, ¿para dónde va Vicente?
- Para donde va la gente.
- Pobre Vicente; siempre haciendo lo mismo. Si tan sólo pudiera soltarse los tobillos de sus grilletes mentales podría darse cuenta de que, al abandonar la consideración de su propio criterio y voluntad, está reduciendo su propia existencia a un espacio minúsculo en donde poner un pie delante del otro para caminar no es posible; eso se llama sometimiento y su consecuencia es, la humillación del derecho a la libertad propia.
I.P.
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"Toda crítica verdadera es un acto de amor".