DEL AMARILLO-DICHA
Hay una ventanita
por la que miro al mundo,
ese espectro inabarcable
en donde pongo los sentidos
para explicarme el canto del gallo
cada día
esta ventanita, es el ojo de cristal por el que veo y me dejo ver
afuera, hay un pedazo del rostro del mundo que no sonríe
porque le falta un pulmón y le
sobran amputaciones
pero, también,
hay vastos lotes de amarillo-dicha
en unos cuantos enormes girasoles que son
como esplendorosos soles míos,
inextinguibles y permanentes
adentro, estoy yo, buscando sonreír cada minuto siguiente
con mi luz prendida,
permanente e inextinguible
dicen que los girasoles
van girando su rutina
de cara al sol,
y yo, yo no giro en el encierro,
yo tengo plumas,
y soy friolenta,
y por eso la vista
y por eso la ventana
sé que a veces no logro ser
del sol ni uno sólo de sus tonos rubios,
no obstante, siempre hay un girasol o tres que, sabiendo esto, encuentro siempre, invariablemente,
de cara a mí.
Irma PÉREZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Toda crítica verdadera es un acto de amor".