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lunes, 1 de febrero de 2021

UN HOMBRE ASÍ


 

Siempre quise un hombre intelectual

que me cargara del poema a la cama

 

un hombre comprometido con los sueños y el soñar,

trascendental con lo fundamental y con las labores importantes

como el arte de trenzar mi pelo o nuestras piernas

 

un hombre de ciencia que supiera contarme

la historia de su geografía

y enseñarme la ecuación del amor sin mucha matemática

 

siempre quise un hombre intelectual apasionado del beso,

un amante que me ilustrara con la maestría de Eros

sobre la alegría del cuerpo y la felicidad de dos almas

 

un erudito de los efectos de la cortesía de la risa,

del buen humor, del contacto visual y del afecto;

un maestro del abecedario de la ternura

 

quise siempre un hombre sin misterios,

culto y cultivado en el amor;

arrullo, fueguito, menta, entraña, oda, pompa

 

siempre quise un hombre fresco y aromático, es decir,

generoso con su esencia y su fragancia,

perfumado en sus pliegues de luces y sombras

como lluvioso bálsamo en tiempos de sequía existencial

 

quise siempre, un sabelotodo de los usos del jengibre,

de la lavanda, del saúco y del agua de mar

por si acaso el acoso del sarpullido del desvelo o la tos del miedo;

mejor dicho, una lumbrera para la oscuridad de mi ignorancia,

un sabio para la sofocación de la arrogancia,

un hombro para mi hombro

 

una eminencia en jardinería femenina

y en el arte del método del florecimiento de su género;

semilla, convexo, gota, madera sin corte

 

siempre quise un hombre así,

que gustara de una mujer como yo,

que se descalzara para caminarme por dentro,

para andar mis corredores con lectura felina,

conocedor y cómodo en lo íntimo y en lo próximo

 

compañero amigo y, viceversa;

hogar, ancla, arnés, aire, lana, circuito, amén

 

un hombre arado como el trigo

en vasta tierra dorada, dedicada y agradecida,

en territorio sin fronteras para su riego y para su cielo;

cosecha, narrativa, sol, prosa, música de cereales

 

quise siempre un hombre así, un intelectual impetuoso

que me llevara de la cama al poema,

al "nosotros",

al renglón donde se sientan a conversar nuestras palabras,

a un "henos aquí" en verso libre y

sin atoramientos hasta la última página,

a la portada de un texto sin márgenes

escrito en prosa poética con la literatura de ambos

 

siempre quise un hombre así,

a la medida de este poema que, cortísimo en la expresión

del lenguaje, aún no lleva en su título su nombre.

 

I.P.



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