Buscar este blog
jueves, 3 de marzo de 2016
DE PUERTAS... DE CONTINUIDAD
Uno nunca sabe delante de qué "puerta" está. Tampoco uno puede asegurar en qué instante se entra, en qué momento la voluntad rota sus estaciones y el entorno desaparece en rutina. El tiempo pasa por las pieles de las sillas y el cuero de las manos; la movida es intensa, el orgasmo y el caos son dos brazos alzados a cada lado del vulnerable esqueleto de la vida y pocas cosas permanecen intactas e inmóviles como los ojos yertos de un maniquí. De allí entran y salen para nunca más o para siempre, los nombres y los recuerdos que cuentan la historia que somos, la que vamos haciendo, la intransferible, la irreversible.
Uno nunca sabe de la continuidad nada, porque continuar es un verbo plural que funciona paralelo al universo. Pero todo lo que necesitamos entender, y saber, es que aunque lanzados a la vida, siempre hay un hilo que nos enlaza unos a otros, un arnés que nos rodea, un faro que es centro, interior y periferia y, una llave maestra que abre y despeja el camino de "puertas".
IRMA PEREZ, La Pillis
Uno nunca sabe de la continuidad nada, porque continuar es un verbo plural que funciona paralelo al universo. Pero todo lo que necesitamos entender, y saber, es que aunque lanzados a la vida, siempre hay un hilo que nos enlaza unos a otros, un arnés que nos rodea, un faro que es centro, interior y periferia y, una llave maestra que abre y despeja el camino de "puertas".
IRMA PEREZ, La Pillis
Poema, VECINO DEL MAR
VECINO DEL MAR
Esas cosas que dejamos de ver
porque están siempre ahí
siempre a unos pasos
con solo voltear la cabeza
con solo respirar...
esas cosas al alcance de la mano
agua en el cuerpo
cuerpo en la arena...
Pero a ti, mar
quién te olvida
quién te ignora
quien fuera tu vecino
tu amante todas las horas
quien te escuchara un minuto
aunque sea
un minuto
solo...
IRMA PEREZ, La Pillis - 2013
Esas cosas que dejamos de ver
porque están siempre ahí
siempre a unos pasos
con solo voltear la cabeza
con solo respirar...
esas cosas al alcance de la mano
agua en el cuerpo
cuerpo en la arena...
Pero a ti, mar
quién te olvida
quién te ignora
quien fuera tu vecino
tu amante todas las horas
quien te escuchara un minuto
aunque sea
un minuto
solo...
IRMA PEREZ, La Pillis - 2013
pero el sueño se ha tomado mi cabeza,
sopla desde adentro ese rocío de imágenes
y todas ellas se secan en el borde de mis ojos,
me pregunto dónde estoy ahora
si aquí, dentro de este párrafo adormilado
o allá, al final de mi último bostezo.
Pensaba que podría escribir ese poema
pero luego de verle caminar e irse
me temo que de este dia
sólo me quedó el cansancio.
IRMA PEREZ, La Pillis
Poema, DEL PODER
DEL PODER
Crecen con ella en casa,
camuflada en el biberón les llegó esa droga,
dan mas tarde por hecho
que es parte de la canasta familiar,
la encuentran luego en sus cajones,
en los bolsillos de sus subalternos,
en la calle, la ley y la sombra se las da con agua;
la masa los monta en hombros
les ofrendan sus vidas y ellos alucinan.
De ahí su falso liderazgo
como terreno fresco
sobre minas quiebrapatas,
Es la sustancia que corrompe al altruismo
camuflada en el biberón les llegó esa droga,
dan mas tarde por hecho
que es parte de la canasta familiar,
la encuentran luego en sus cajones,
en los bolsillos de sus subalternos,
en la calle, la ley y la sombra se las da con agua;
la masa los monta en hombros
les ofrendan sus vidas y ellos alucinan.
De ahí su falso liderazgo
como terreno fresco
sobre minas quiebrapatas,
Es la sustancia que corrompe al altruismo
y controla al ego,
puede, porque Poder es su nombre
convencernos con el placebo de una promesa
y sin mucho esfuerzo, de cualquier cosa.
El Poder es un legado de lujo
siempre huérfano de merecedores y dignos,
una herencia de autoridad solo para los humildes,
para aquellos que mantienen estable la corona
gracias a la total sobriedad del orgullo.
puede, porque Poder es su nombre
convencernos con el placebo de una promesa
y sin mucho esfuerzo, de cualquier cosa.
El Poder es un legado de lujo
siempre huérfano de merecedores y dignos,
una herencia de autoridad solo para los humildes,
para aquellos que mantienen estable la corona
gracias a la total sobriedad del orgullo.
IRMA PEREZ, La Pillis - 2016
Poema, GRACIAS
GRACIAS
Allí donde estés
donde oculta la roca la vena del río
en lo oscuro del llanto del acantilado
en lo profundo de la garganta seca
en el silencio del fatigado océano
donde cae el sol arrastrándose sin ganas
y en el aire que no alcanza a primavera
allí estaré contigo
como arnés de plumas
como manta fina
como faro en vela
como vaso de agua...
IRMA PEREZ, La Pillis
Siga así de controlado. No se emocione, no se despeine, no tiemble. No suelte la rienda, siga ajustándola sin parpadear, firme y asegurada aunque apriete y corte la sangre. Siga así, controlando y controlado y verá que tarde o temprano le tocará pensar qué hacer cuando se canse; porque se cansará, sin plazo ni pausa, usted o la cuerda.
IRMA PEREZ, La Pillis
IRMA PEREZ, La Pillis
Nadie puede salir de una experiencia sin terminarla y ese fin sólo puede verse, a unos cuantos pasos desde el afuera.
Pareciera que semejante desprendimiento, solo es posible, cuando menos atenta o mas liviana esté la conciencia de tal obsesión.
Irma Perez La Pillis
Pareciera que semejante desprendimiento, solo es posible, cuando menos atenta o mas liviana esté la conciencia de tal obsesión.
Irma Perez La Pillis
Ella me lo decía,
ponía lapices en mi mano,
me llevaba a comprar papel,
hacíamos canciones en cuadernos y servilletas,
cualquiera estaba bien para una frase,
para un poema, para el amor.
Pero ella le temía a todo lo que sentía,
entonces se enamoraba mucho
porque eso era bonito,
pero, ella era pequeña y el mundo
era el pié del gigante.
Muchas veces la ignoré,
le puse overol y casco por si las piedras
y la saqué a subirse al pié de ese gigante
a pesar del vértigo.
No pasó nada,
entre la belleza y la fealdad pasó de todo,
pasó la vida.
Pero ella fue insistente y jamás dejó de decirme cosas,
con el tiempo
acumulamos en cajas y cajones la evidencia.
Ella me lo decía,
me lo mostraba cada día,
que la felicidad dependía de ése lápiz en la mano,
de enamorarse y sentir,
de arriesgar, de elegir, caer,
de aprender, de morir, de vivir,
y usarlo!
Ella y yo
ahora sabemos de gigantes que no pisan,
y hasta nos damos la mano con ellos,
pero, hay gigantes que pisan con toda su sombra.
Se trata de estar atento,
abrirle espacio a la luz
y en medio de las emociones y la realidad,
descubrir la propia altura.
ponía lapices en mi mano,
me llevaba a comprar papel,
hacíamos canciones en cuadernos y servilletas,
cualquiera estaba bien para una frase,
para un poema, para el amor.
Pero ella le temía a todo lo que sentía,
entonces se enamoraba mucho
porque eso era bonito,
pero, ella era pequeña y el mundo
era el pié del gigante.
Muchas veces la ignoré,
le puse overol y casco por si las piedras
y la saqué a subirse al pié de ese gigante
a pesar del vértigo.
No pasó nada,
entre la belleza y la fealdad pasó de todo,
pasó la vida.
Pero ella fue insistente y jamás dejó de decirme cosas,
con el tiempo
acumulamos en cajas y cajones la evidencia.
Ella me lo decía,
me lo mostraba cada día,
que la felicidad dependía de ése lápiz en la mano,
de enamorarse y sentir,
de arriesgar, de elegir, caer,
de aprender, de morir, de vivir,
y usarlo!
Ella y yo
ahora sabemos de gigantes que no pisan,
y hasta nos damos la mano con ellos,
pero, hay gigantes que pisan con toda su sombra.
Se trata de estar atento,
abrirle espacio a la luz
y en medio de las emociones y la realidad,
descubrir la propia altura.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para tí, a donde volver siempre.