El tiempo es el agua
que le falta al cuenco
que le falta al cuenco
todo me lo he ido bebiendo
sin percatarme de que
cada vez que lo levantaba para beberlo
unas cuantas gotas caían al piso o
se me escurrían de la boca por exceso
de nervios, torpeza o avidez
sin percatarme de que
cada vez que lo levantaba para beberlo
unas cuantas gotas caían al piso o
se me escurrían de la boca por exceso
de nervios, torpeza o avidez
así fue
ahora, en el fondo del cuenco,
ondulan los segundos de hoy
y de unos pocos días que me faltan
para dejarlo vacío
ondulan los segundos de hoy
y de unos pocos días que me faltan
para dejarlo vacío
así que
me lo voy tomando a pequeños sorbos
como cuando la fiesta está por acabar
y no se quiere soltar aquella mirada
o aquel abrazo
me lo voy tomando a pequeños sorbos
como cuando la fiesta está por acabar
y no se quiere soltar aquella mirada
o aquel abrazo
cuando todo se termine
y el agua del cuenco se haya consumido,
me iré a caminar por la vereda
de algún río
que llene mis itinerarios con la luna
y todas las vasijas
de donde mi sed conozca su borde
y el agua del cuenco se haya consumido,
me iré a caminar por la vereda
de algún río
que llene mis itinerarios con la luna
y todas las vasijas
de donde mi sed conozca su borde
no hay tiempo que sobre
porque, cuando el agua se rebosa del
cuenco, es el tiempo que llora
lo que no ha sido, y no será.
porque, cuando el agua se rebosa del
cuenco, es el tiempo que llora
lo que no ha sido, y no será.
IRMA P.