Tengo que decirlo
sé que las palabras son inútiles en
su solemnidad y en su alcance;
sé que no hay poema de amor
que contenga esa sublime metáfora
y que, como una alabanza,
plasme lo increíble sin caer en la locura;
sé que soy humilde escribana y no puedo
conseguir los miles de adjetivos amorosos
para describir y llegar a la altura del
vuelo de un latido de un corazón cisne
todo eso lo sé,
pero quiero decirlo,
intento lo que mi voz no podría sin que
la exaltación la quiebre al tratar de superar
el maravilloso paisaje sonoro de "su nombre" y
de su voz pronunciando el mío
no exagero,
no guardo métrica ni comparo vino con vino,
ni contengo la desmesura del amor delicado y constante
que me llega de su aliento
cada segundo
de cada minuto
de cada hora
de cada día
yo sólo quiero decirlo
y usar la voz de los elementos,
con fuego como el mitológico dragón,
con agua como la ballena llena,
con tierra como el chile rojo y
con aire, como el huracán Irma
en su más apaciguado rugido
decir que,
en nombre de mi cuerpo
-campo de arroz,
piedra volcánica,
territorio de mariposas-
en nombre de mi alma y de esta mujer
-nido de esencias y de pájaros-
recojo todas mis voces contenidas,
resonancias ellas de sus
incontables "te quiero" con y sin palabras,
para con solar vehemencia
y sin reservar noche para mi sonrisa, proclamar:
¡amo,
amo a ese ser que me ama!
he dicho.