¡¿Has visto, amor?!
han pasado por el frente de tu casa
un centenar de palabras azabache,
galopando sobre el lomo
de una preciosa yegua literaria
¡Poema! se llama esta potra
de cuatro bríos y cero trancas
está ensillada con suelta rienda y blando estribo,
sin más jinete que el impetuoso amor que,
sin estruendo ni deseo cohibido,
te llevará a las voces más
profundas de su ombligo
cuando llegue a ti,
cuando te vea,
me verás relinchar en verso largo
la contentura de mis estrofas espoleadas,
y un concierto romántico de cascos
nos abrirá camino al llano,
avisando cabalgata, invitación y tiempo,
sobre el que deberás subirte
-bienvenido-
sobre mí.
IRMA P.