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lunes, 31 de enero de 2022


 

 Desde su autenticidad y evidencia, la Experiencia dijo: "El que no se alegra por tu contentura, no se conmueve por tu desventura". Y al escuchar esto, los Celos, la Envidia, la Arrogancia y toda la parentela del Egoísmo, incómodos se miraron descubiertos.

El Amor, en cambio, cerró los ojos con fuerza ante la realización de su oportunidad posible.

I.P.


EL VERANO DEL FRÍO

 


Decaen los ánimos como desciende
la temperatura en este invierno global;
una llamita titila del otro lado del pesimismo
y un par de cafés son pretexto para encender el entusiasmo
a un lado, todo tirita histéricamente por fuera de la estufa,
es decir, lejos del calor de las brasas y los brazos;
al otro, todo está envuelto en hilos de eufórica ternura, es decir,
con la misma artesanía de fuego con que se pule
el verso libre y dorado de un poema
de repente, aparece tu rostro como nuevísimo sol
por el centro de la expectativa de mi espera,
me miran tus ojos y me doy cuenta
del inminente giro de esta historia
se deslíe la sombra del gélido clamor
sobre la cálida piel que define dos siluetas
y sube, a pleno hervor, el cautivador aroma del otro vapor
se inicia una hoguera en el ritual de tu abrazo
cediendo, con esa tibieza, toda mi rigidez
el frío entonces, se hace leyenda y,
el desánimo, bostezo de una alucinación
al final, siento todo el verano en mis pies y
con trémula caligrafía y excitado acento,
termino escribiendo la palabra "reverberar"
sin saber qué significa.

Irma P.





Largo ha sido el camino
podría decirse pero,
yo no lo veo así
tengo más de cincuenta aros
alrededor de mi cuerpo,
y me parece que tengo el inicio de mi vida
pegado a este instante en que la escribo,
como un momento de inhalación-exhalación
en presencia de la noche y del día al mismo tiempo,
como tu abrazo y su aroma
-de hace mil años-
perfumándome ahora y deshaciendo mi camino
mientras avanzo,
avanzo,
y envejezco.

IRMA P.


DEL "SI HUBIERA" Y DEL "AHORA "

 


¿Cómo sería si hubiera...?
¿Qué sería si hubiera hecho otra cosa? ¿Cómo sería si hubiera pensado diferente o, si hubiera sentido distinto...?
Nos gusta hacernos la pregunta, aunque de antemano sabemos que la respuesta siempre corre por cuenta de la imaginación. El "hubiera no existe", dice una canción por ahí, y esa afirmación resuena como un deseo desahuciado reclamando al fondo de la memoria. Parece que, el nombrar todo lo que encierra un "si hubiera", hace que de alguna manera, aquella posibilidad de que, algo que no fue, se manifieste y quede como testimonio de lo que alguna vez se quiso, de lo que no se eligió y de lo que ya no puede ser; así también, de lo que hay, de lo que es, de lo que está latiendo todavía; de lo que aún, de alguna forma, sigue vivo, tan vivo que incluso en las fotos se ve cómo respira.
"Si hubiera...", si hubiera trabajado más, si hubiera leído aquel libro, si hubiera estado más atento, si me hubiera quedado en casa, si hubiera hecho caso, si hubiera dejado de pensar tanto en mí, si hubiera reído más, si hubiera estudiado, si hubiera sido más fuerte, si hubiera pensado más y sentido menos, si hubiera tomado otra decisión; si le hubiera dicho, si le hubiera escuchado, si hubiera ido, si hubiera dejado pasar, si hubiera corrido, si hubiera mirado un poco más allá, si hubiera sido más paciente, si hubiera abrazado más, sentido más; si hubiera hecho eso..., o aquello...
Tanto que pudo haber sido AYER, por todo lo que es AHORA.
Ahora... y, ¿qué es el "ahora"?
El "ahora" es este segundo que nos deja perplejos frente a un reloj sin maquinaria, que no avisa futuro seguro ni oportunidad sin prisa ni pausa; el "ahora" es ese segundo que cambia de nombre a cada instante, que precluye, que se consume todo, que en todo se transforma, que siempre quiere irse para ser relevado por otro "ahora" que se encargue de continuar el tiempo en donde los "si hubiera", cada vez y cada tanto, pudieran ser menos.
Es así como el "si hubiera" pasa a ser una letanía tormentosa e inútil, un lamento sin opción de lugar ni de tiempo, una inservible queja del pasado. En cambio, el "ahora" es: la oportunidad que tiene el "haber" de poder "ser" gracias a la fuerza del "hacer" en el presente; es el momento exclusivo, el lugar y la hora pertinente, la ocasión única en que el "haber" determina no ser en el futuro, efervescencia eterna del desasosiego o ardor agudo del arrepentimiento.
I.P.


Los rostros del mundo
caras únicas con cuerpos uniformados,
necesidades amontonadas alrededor
de mesas sin diálogo,
desnutridas de sentidos,
de tacto
el contacto visual
asiste a diario a su funeral
el mundo es
una masa de soledades.

IRMA P.

TE QUIERO . . .

 Mario Benedetii fue el primer poeta que, siendo niña muy niña (ahora que me acuerdo), me susurró estos inolvidables versos; y así fue que, con ello, un día me levantó la mano derecha, me puso un lápiz con buena punta y grueso borrador y, apoyándola en el papel, me dijo: "Yo soy pez de tu pecera, y el agua que nos circunda y alimenta se llama Poesía. Aquí no nadamos, aquí escribimos".

https://youtu.be/V61DbjHgrpA



 

CAJITA DE HERRAMIENTAS (SENTIPENSANDO)



 Sentipensando

Cajita de herramientas
🖋❤
-Entérate de la buena nueva y replícala; esa, la buena.
-Sacúdete la tierra que te entierra.
-¡Muévete! ¿Raíces? las de los árboles.
-Sé pájaro, sé humano, que nadie discute tus alas.
-Abandona el lugar aquel que te anticipa el tono añejo y azulado en tus proyecciones y en la piel.
-Deja de fingir, que te vas a herniar.
-Espabila, que la verdad es la mosca en la leche de la mentira (así de escandalosa).
-Cruje, ruge, rómpete como cáscara de huevo, no te contengas dentro de ti mismo.
-¡Sonríe, hombre, sonríe! que si no, ¿cómo hacer para desarmar a la fealdad?
-Acércate al miedo, conócele, averigua qué tan gruesa es su rienda.
-Toma por el cuello tus obsesiones y ponles un ultimátum; luego, respira sin apnea.
-No negocies tiempo con el tiempo, porque... ¡adivina! ¡Claro! sales perdiendo.
-Abraza, que aunque los ojos sean de más largo alcance que los brazos, nada, pero nada, “toca” igual.
-Arrímate al fuego, clasifica tus fríos, verifica la calidad de la manta con que te arropas.
-Deja en paz el pasado, que el presente es una forma de que entiendas que él, sí te dejó.
-Revisa tu pensamiento, lo suyo es “infinitud", no “perpetuidad”.
-Mírate a los ojos y depúralos si te aburre o te obsesiona el reflejo (dicen que hay personas que tienen cataratas en ellos toda su vida).
-Deja de quejarte, de excusarte. En mejores palabras: deja de mentirte.
-¿Repetir? Sólo el comportamiento de la naturaleza que, jamás se repite.
-¿Preocuparte? De haber entendido bien, de qué se trata el principio de la “energía positiva”.
-Busca el significado del prefijo “omni” para que lo tengas en cuenta, y no olvides que lo único omnipresente, omnisciente y omnipotente es el Amor.
-Sé feliz, persigue todo aquello que te permita serlo y alcánzalo; llega con esa contentura al final.
IRMA P.




 Todo lo que nos apasiona y no llegamos a consumarlo, más tarde lo consume a uno hasta la indiferencia de todas las cosas. Es así como, el desapasionamiento, es la forma en que la frustración llama a la muerte.

I.P.



Las eventualidades son
como túneles en el camino:
se entra porque tiene salida,
si no, no es túnel
se transita con luces bajas
porque las plenas
garantizan impacto
se recorre con la expectativa
de la única ruta,
la del viaje sin paisaje
se avanza con incertidumbre
sobre una vía sin paralela
se busca el blanco esplendoroso,
el brillo, incluso, aquel de
la humedad y la partícula
las eventualidades son
como túneles en el camino,
empiezan y terminan en luz,
luz que sin oscuridad,
no se vería.
Túneles...
Se entra en ellos para salir,
¿para qué más?
IRMA P.

jueves, 20 de enero de 2022

CUANDO TODO ESO


Cuando no sientas,
cuando no sepas,
cuando no veas
en medio de la elástica incertidumbre, del aguante;
en la hora de las feroces palpitaciones, del sudor en pleno helaje;
en presencia del perdón ausente, del crugir del miedo;
en tiempos de luto por los días
que no amanecen;
en los callejones destemplados de tu voz,
del otro silencio;
en la mirada que te debe la ternura, en la que tú debes;
en lo tortuoso de la ambivalencia infinita, de la frenética duda
mientras pasa el grito y sus
cascabeles,
mientras se retira la ola muerta,
mientras llueve adentro,
mientras se dilata el ojo de la espera,
mientras averiguas dónde has estado
cuando la amistad te falte o
se te suelte esa costura;
cuando la sangre se ponga pálida y espesa;
cuando voz y bomba sean lo mismo y
el ruido te quiebre los huesos y las ganas;
cuando se te caiga la frente, los hombros, la densa lágrima;
cuando te olvides de respirar, cuando eso quieras;
cuando ya no seas más alegre o la alegría no te importe;
cuando miedo, rabia y locura
habiten el cuarto de tu casa y tu sonrisa,
cuando no te amen desde
la altura de tu amor,
cuando la soledad haga nudos alrededor de tu pecho
cuando te pierdas,
cuando te aburras,
cuando te canses,
cuando todo eso,
¡ve al arte!,
ve al arte
y no regreses de allí.

Irma P.



LA QUINTAESENCIA, ESENCIAL


Todo es una frivolidad en este
castillo de ojos vidriosos
tras el gran portón
las manos golpean sus nudillos
queriendo pertenecer a ese claustro
con servicios y sacrificios, y otras
formas de esclavitud nada virtual
las torres parecen miembros erectos
excitados en sus estratégicas esquinas,
avivando una multitud
que se pelea el protagonismo
de ser parte de la recámara de un rey que babea
todo es una farsa que gozan narcisos y bufones,
todo funciona como reloj en reversa,
como espejo de doble fondo
la felicidad alcanza tan poca altura
que el conformista la goza arrastrando su frente
seguida del dominio absoluto de sus genitales
el portón yace tumbado tras la estampida
afuera ha quedado la minoría
¡la quintaesencia!
los originales
los sabios emigrantes de cuatro patas
los liberados del hartazgo
de disfraces
de apegos,
los girasoles de Van Gogh,
las palabras de Krishnamurti,
Oblivion de Piazzola y
con más fortuna,
los ojos que hayan visto
este texto
como un clarísimo poema de amor.

IRMA P.



SOL DE MI SOL




No hablaré de sol
aunque sus rayos de fuego
seduzcan los fríos que más
me hacen temblar
sé que me arderá la piel por
el reverso si lo ignoro
pero, toda mi posible grandielocuencia
ya se hizo ceniza y abono para
el campo
cuando "él", el que me ha visto,
derritió sin quemarme
su amor refulgente y espléndido
sobre mi ser
y así va, y así sigue,
mi amor, magno,
andando proclive y dilatado
por encima del sol
y por sobre todas las cosas
por eso, si de algo he de hablar,
de "él" hablo,
del sol de mi sol.
IRMA P.


martes, 4 de enero de 2022

DEL AMOR QUE ME HABLA


El amor,
majestuoso y espléndido en su todo,
bello y grato como nada,
me está mirando sin titubear
desde un cristal sin pizca de rocio que obnubile;
se me acerca de frente, me levanta y,
sosteniéndome en sus brazos estrechamente,
me dice:
aquí estoy,
llego a ti y para ti,
auténtico y abundante
en lo más elevado de mi gracia
soy
ese hombre que hoy
reverencia tu madurez con la suya,
que se puso delante de ti
desnudo y completo
para que lo vieras completo y desnudo
como siempre lo soñaste
yazgo
en el pergamino cuyo manuscrito
siempre te ha señalado
el "para qué" de las vueltas del sol y
el "cómo" y el "cuándo"
del noviazgo entre las causalidades
y las coincidencias
estoy
frente a los ojos crédulos de
tu corazón enamorado,
es decir, en ti,
es decir, en él, como tú en sus ojos
te recompenso cada vez que
soy en ese hombre
-a través de un ser amante y amoroso-
con mis tiempos y formas
sin condicionamiento, juicio ni finitud
vivo
en la confianza de los lazos que
él anuda día a día a tu alrededor;
en la humildad de su principado,
brillo de su corona;
en el beso con que te besa por detrás
de las rodillas de tus debilidades;
en la paciencia con la que te espera, la que te enseña
voy
en el fino tacto con el que él hila
el erotismo de su poesía con la
que delicadamente arropa tu deseo;
en el sabor frutal y almibarado de su compañía;
en el aroma blanco de sus
amaneceres en cajitas de regalo;
en el sonido despeinado y
magistral con que te mece;
en la fuerza redonda de su ternura,
tan femenina en su masculinidad
existo
en el rojo apasionado de sus sentimentales ojos marinos,
en las deliciosas tonalidades del acento de su voz,
en sus silencios mesurados y sus nutridos diálogos,
en la algarabía de su impulso
para hacerte reír como cascada
¡permanezco!
-mujer de ese hombre tuyo-
celebra mi llegada y mi estadía,
sé mi anfitriona y dispón dos copas
sobre los manteles de tu casa;
sin titubear, sirve el vino en ellas y
junto a él, confiadamente,
ponme su nombre en tu boca.
IRMA P.



En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para tí, a donde volver siempre.