Estoy cambiando,
cambiando como todo cambia;
no percibo la muda de piel
ni la gracia con que crece mi pelo
ayer tuve en la boca un sabor
blanco y dulcemente redondo
y hoy, cuando revisé el recuerdo,
encontré desencajada la geometría del placer
estoy cambiando sin notarlo,
sin avisarme que he dejado atrás
mucho más que algunas direcciones
que solían ser mi casa o mi credo
me leo en el dibujo que han hecho de mí
y quisiera disculparme
por no parecerme a ello,
por haber cambiado,
por estar cambiando,
por suspirar, ahora, de otro color
pero,
tampoco el mar es el mismo
aunque llegue siempre a la misma orilla,
ningún tronco crece sin arruga,
ni hay vasija que permanezca
vacía en su fondo, si no está rota
estoy cambiando frente al canto de tus ojos
y al ritmo del timbal de una corriente de agua
lo imperceptible es cuestión de tiempo:
hay montañas
que ya no están en el mismo lugar.
IRMA P.