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miércoles, 4 de diciembre de 2024

DE LO EXTRAÑO DE ESTE TIEMPO

Abusa, lo extraño de este tiempo,
de nuestra voluntad y destino
tan a la deriva

los caprichos de la incertidumbre
han anestesiado el paladar
de los sueños
sin dejar rastro de sabor en la lengua de este día
que va pasando ya
delgadísimo y corto
por el ojo de la aguja que
cose la perplejidad

este tiempo,
arbitrario y contradictorio,
ni siquiera pasa lento
como sucede cuando los
amantes se esperan
o los niños esperan
o nos esperamos tú y yo

abusa, lo extraño de este tiempo,
del tiempo presente que no
avanza a ritmo de alta ola
pero tampoco, de ola en calma,
se excede con cierta crueldad
desde donde nos mira mudar de piel y
cambiar de domicilio, de atuendos,
correr en pistas y en tareas simultáneas,
aprisa moler las horas y el hueso de la paciencia

todos los días nos ve prender y
apagar las luces del pensamiento,
del ánimo, de la casa

y a nosotros, a ti y a mí,
aguantar el desvanecimiento en
la memoria del extrañadísimo
abrazo nuestro,
antes de que, como él,
empiece a parecernos extraño.

IRMA P.



lunes, 2 de diciembre de 2024

UNA SOLA PIEZA

 
Mientras lo intentaba por enésima vez,
la realidad me gritó lo que yo no quería ver:
Lo que se rompe, nunca más vuelve a ser una sola pieza

pero es que, 
me gustaban tanto,
le quedaban bien a mi naríz, a mi informalidad,
eran mi toque de elegancia, de coquetería
sus formas no me ocultaban,
sus filtros me protegían,
las llevaba conmigo como mi pelo suelto
hasta que un día -inexplicablemente-
se cayeron de mis manos
y una pequeña fisura separó su estructura

las limpié cuidadosamente,
les puse una discreta cinta,
las pegué con la súper gota de la súper goma,
le hice fuerza,
le di tiempo

me las puse optimista, cayeron,
insistí y las acepté rotas, cayeron,
me las puse otra vez, cayeron,
renuncié,
las guardé

hoy, después de unos meses, las 
encuentro en los “por si acaso” de un cajón,
volví a creer que podría usarlas
y una vez más probé con fuego,
pero el punto de unión se derritió,
un fluido pegajoso quedó adherido
deformando definitivamente su línea original

entonces fue cuando se me ocurrió limarlas para
recuperar su ajuste y su brillo 
pero cuando lo hacía, lo ví:
toda superficie puede limarse y se suaviza
pero limar también es mermar cuando 
de aspereza y astillas se trata,
y esa consecuencia podrá sanar las puntas
pero no alcanzará para juntarlas de nuevo

por distancia,
por absoluta distancia.

IRMA P. 2015



En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para tí, a donde volver siempre.

DE LO EXTRAÑO DE ESTE TIEMPO

Abusa, lo extraño de este tiempo, de nuestra voluntad y destino tan a la deriva los caprichos de la incertidumbre han anestesiado el paladar...