Qué diré cuando me pregunten,
dónde meteré el silencio que
no se entiende,
a quién miraré para que me lance
una de esas respuestas
que no suelo tener a mano
y, dónde pondré mis manos
no se entiende,
a quién miraré para que me lance
una de esas respuestas
que no suelo tener a mano
y, dónde pondré mis manos
si no en la vergüenza de mi rostro
cómo explicaré la voz que no sale,
si no es por falta de palabras,
si acaso, será por algún exceso
si no es por falta de palabras,
si acaso, será por algún exceso
entonces,
qué diré cuando me pregunten…,
qué se me ocurrirá que no sea correr,
cuándo aprenderé a no recitar la vida,
a hablar de corrido sin colorear las tildes
qué diré cuando me pregunten…,
qué se me ocurrirá que no sea correr,
cuándo aprenderé a no recitar la vida,
a hablar de corrido sin colorear las tildes
es que,
no puedo pensar sin armar un verso,
porque cuando digo “tú”, digo un poema y,
no puedo pensar sin armar un verso,
porque cuando digo “tú”, digo un poema y,
cuando digo “yo”,
soy metáfora de una hoja en blanco.
IRMA PÉREZ
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"Toda crítica verdadera es un acto de amor".