El hueco era inmenso
de la cortina que puse para que no vieras mi desnudez
y, para que no me tocaras,
puse una puerta redonda de grueso roble
sujetada a una sola bisagra
¿entiendes lo que digo?
sí, sé que entiendes lo que digo;
allí estabas cuando todo cayó
vergüenza, duda y miedo
aflojaron sus rodillas cuando
tus ojos, amanecidos sin cansancio
besaron lento el lunar que yo más escondía
y me viste,
y me tocaste,
a campo abierto me llevaste
para extender la dulzura que emana de ti,
a corazón abierto me hablaste
de tus lunas y de tus soles sin mí
¡ah! qué camino tan corto hasta
el fondo de tu mirada,
qué espera tan larga e inútil
tras esa cortina, tras esa puerta,
qué risa de mí
por la torpeza en las contradicciones descubiertas,
qué cosa imperdonable no decirlo ahora:
¡te quiero!
dentro de todo lo que sea posible de mí, te quiero.
Irma Pérez
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"Toda crítica verdadera es un acto de amor".