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lunes, 29 de marzo de 2021

QUÉ RISA DE MÍ


El hueco era inmenso
de la cortina que puse para que no vieras mi desnudez
y, para que no me tocaras,
puse una puerta redonda de grueso roble
sujetada a una sola bisagra
¿entiendes lo que digo?
sí, sé que entiendes lo que digo;
allí estabas cuando todo cayó
vergüenza, duda y miedo
aflojaron sus rodillas cuando
tus ojos, amanecidos sin cansancio
besaron lento el lunar que yo más escondía
y me viste,
y me tocaste,
a campo abierto me llevaste
para extender la dulzura que emana de ti,
a corazón abierto me hablaste
de tus lunas y de tus soles sin mí
¡ah! qué camino tan corto hasta
el fondo de tu mirada,
qué espera tan larga e inútil
tras esa cortina, tras esa puerta,
qué risa de mí
por la torpeza en las contradicciones descubiertas,
qué cosa imperdonable no decirlo ahora:
¡te quiero!
dentro de todo lo que sea posible de mí, te quiero.

Irma Pérez

 Hubo una vez un tiempo en que la gente se enamoraba espontánea, profunda, apasionada y seriamente. Ese intercambio equitativo y fluido de semejante emoción y experiencia era la máxima felicidad y una de las ilusiones más hermosas por vivir. Pero la gente era traicionera, embustera, resentida, visceral, ingrata y muy egoísta; así que con el tiempo, esas influencias hicieron tanto daño en los corazones, que no hubo confianza posible de recuperar para poder volver a vivir aquello. Desde entonces, enjuiciado el amor, fue condenado a pagar todos los platos rotos. Dicen que pocos lo defienden aún, que la gran mayoría lo acusa de que todo es culpa de él y, algunos le temen tanto, que hasta lo eliminaron de todos sus contextos de vida... ¡Así viven!, dicen.





miércoles, 24 de marzo de 2021

 Desde la cuarentena hasta el día nuevo. En pleno inicio de pandemia, hace un año ya y por esta fecha, escribí:


🖊
Pasaremos por todas las emociones,
como quien pasa los ojos por un paisaje surrealista
desde la ventana rota de un tren
todas las emociones
nos llegarán perceptibles a los huesos
y todas ellas nos mostrarán,
ardiendo y por primera vez,
cómo ha sentido la Tierra la ausencia de la gratitud
ella, inocente e incrédula ha visto caer sus cabellos,
uno a uno arrancados desde la epidermis
con la malicia de la garra humana;
así ha vivido la cerrada noche,
sin el arropo natural de su tibia melena,
ni la melodía de las voces de su fauna
galopándole en el pecho, cuando desde su interior
lucha intentos por rotar el beneficio de sus estaciones
ella, perturbada en su orden y acorralada su salud,
clama nuevas oraciones y demanda razones ante
un colectivo atolondrado
que ha tenido que recordar del susto y de golpe
de qué color son los tomates,
los muebles de su casa,
y el origen de la blandura del pan
ella, privada de cielo, de agua y de tierra,
junta estrellas alrededor de su cama
para que le alumbren la soledad de su almohada
junto a otra sin arrugas
como ella,
pasaremos por todas las emociones
en este viaje con destino a "alguna parte",
como si fuéramos olas temperamentales
de un sólo mar que tiembla y se reduce
a un día le seguirá la hora aterradora
o el minuto de alivio del día nuevo,
pero todos los días pensaremos en el amor,
"entre líneas": en el amor,
"en la menuda letra": en el amor,
"de reojo", o de lejos o
¡de iluminados!: en el amor
porque todos los días la maligna viralidad
-desde su bondad posible-
nos recordará de qué carecemos los mortales
y cuánto nos duele la profunda fractura
de la libertad mientras hay vida;
nos estornudará en la cara
-en partículas invisibles-
la oportunidad de cambiar en cualquier
momento nuestra suerte
y todas nuestras decisiones definitivas.

Irma Pérez




LO DE LOS POETAS


 

RUEGO DEL POETA


Poesía, tú,
catarata de versos que
arropas el musgo y las piedras,
no me desabrigues
al punto de la desnudez de mis huesos
soy pez de la sapiencia de tus aguas
y apenas puedo respirar
con las pocas letras que me quedan
en lo húmedo
de mis insondables pliegues y reservas
poeta no soy cuando, siéndolo,
me abandonas a la aridez
de vastos espacios en blanco
sin fecundar los incontables verbos
que arrastro a diario, a solas
regrésame la continuidad de la lluvia
en este hiato eterno de eufórico crujir,
y has que se pueble de palabras
el océano de agua dulce
a donde vienen tus sedientos
a beber, y yo a escribir,
que es lo mismo
mírame de nuevo, Poesía,
esto es un ruego y el grito es ronco;
evítame el calvario de ser, no siendo,
evítame la boca seca
y vuelve a ponerme al frente
de todo lo que haga falta.

Irma Pérez



 La poesía es chispa a todas horas

cualquier cosa es motivo
de fusión de letras
y así mismo,
de emociones nuevas
interminable el movimiento que
sostiene en alto la palabra,
perceptible el ruido que hace el silencio
de las bocas cerradas
la poesía escribe
sobre los renglones del tiempo
y todo queda ensalzado,
honrado queda,
hasta el más leve suspiro.

IRMA PÉREZ

 DEL ESPERAR O DESPEDIRSE

Creo que en el fondo, siempre se sabe si algo va o no va; el corazón lo dice todo el tiempo, aunque otras voces más fuertes oculten la contundencia de esa certeza. Esperar, entonces, depende de la honesta correspondencia que salga "del ahí" y de ambas partes. Por otro lado, no esperar o no quedarse ahí, muchas veces resulta ser un triunfo que se agradece con el tiempo, y por el tiempo no perdido. Es que, aunque no lo parezca, despedirse también es una forma de grandeza emocional y espiritual, una noble manera de decir "te quiero, que te vaya bien".
I.P.



 Un minuto sí

el otro no,
el siguiente sí,
el otro no
como oleaje con
distintas mareas,
viene,
va,
a mi orilla va y
viene
un minuto sí,
el otro no,
el siguiente sí,
el otro no
y así,
en esa sucesión
todo-el-día
pensándole.

Irma Pérez




PASO SEGURO

"Aquí voy, paso a paso

sosteniendo mi espalda
y estas delgadas alas
que son mi vida
he decidido cruzar, andar,
conocer los abismos,
el temblor de mi "sí" y de la larga
cuerdita por la que caminan
a veces, todos mis sueños
sé que el miedo es contrario
a la vida, porque él
es el "no" de todas las cosas,
pero uno lo mata
cuando los zapatos
no se salen ni aprietan
así que aquí voy,
pisando fuerte,
con la seguridad y el equilibrio
que da la confianza de un
sentipensante convencido."
 Proliferan los mensajeros
malos y buenos

todos aprietan con afán,
todos insisten sin mesura,
todos creen desde su oscuridad o
desde su media luz

desde la claridad total,
no hay testigos ni autores;
de nadie es ella,
como de todos es tropezar y
las otras torpezas

hay mensajes
desbordando el cielo:
el tuyo,
el de aquella,
el de ellos,
el mío

perdóname la emisión automática:
el sol,
de tanto calentar, quema.

IRMA P.



A LA OTRA QUE ELLA ES


 

DEL ULTIMO PLACER

 Todo es una historia, una historia larguísima de la que nadie conocerá jamás el principio ni el fin. Eso explicaría un poco, el porqué no entendemos la vida. Como cuando abrimos un libro por la mitad y encontramos una historia que, por más que releemos o retomamos renglones anteriores, no logramos armar contextos con conceptos, ni tiempos con criterios, ni verbos con emociones; mientras, nos planteamos mil preguntas porque ni la imaginación, ni la lógica, tampoco la inteligencia o la intuición -en cuanto a lo pasado-, alcanzan a aproximarnos a una mínima comprensión de la página actual.

Una historia se ha venido contando, y todo lo que queremos saber es cómo terminará pero no cuándo; sin embargo, sabemos que no hay libro sin final, pues ese es un placer que ningún lector negocia aunque llegue a no gustarle, pero sí hay otros muchos que insinúan continuación. Entonces, de eso se trata todo, ésa es la historia que se alarga, esa es toda la historia: la de la búsqueda del último placer.
IRMA PÉREZ


El tiempo no conoce la paciencia, aburrido en su rutina, parece eludir el tedio de no ser más que eso y de no tener boca qué besar

el tiempo es un envidioso asolador de la luz y de los ánimos

nadie se escapa de perder el aliento o de claudicar en la insuficiente pausa, pues él, desde de su primera y única lanzada, sólo sabe correr.

Irma Pérez

La VIOLENCIA es la hija amada de la IGNORANCIA, y el RESENTIMIENTO es su hijo adorado. Esta es la familia del ODIO, sagrado abuelo del mal-parido o la mal-parida cuya herencia es la eterna DESGRACIA de su casa y de su descendencia. Viven dentro de las sociedades del mundo, algunos creyéndose madres o padres de causas y luchas administradas por una fraternidad de acosadores y hostiles, fanáticos de sí mismos. Son del MAL su orgulloso clan de hacedores e intercesores; del BIEN, son sus más rotundos despreciables extranjeros y la perpetua vergüenza de una raza enferma que lo confunde y lo extingue. Salen en televisión todos los días; los medios caen expreso en la noticia que les nombra y ésta festeja su propósito y protagonismo.

Ayer, por ejemplo, esa parentela gritaba su CÓLERA y lanzaba su IRA. La TRISTEZA, atónita, lamentaba la deformación del género y la victoria del MIEDO sobre el descontrol. El AMOR, por supuesto, el no invitado de siempre, apenado por la oportunidad perdida.
La VIOLENCIA, obesa, obsesa. Los DERECHOS HUMANOS, más olvidados que nunca.
I.P.

lunes, 8 de marzo de 2021

MUJER


Que te falte todo, mujer,
pero que no te falten
los colores del cielo y su horizonte,
el abrigo, ni las medias de lana a
media noche,
tampoco ese libro que te dice cosas,
ni las naranjas, ni el agua del jardín
que no te falte el reposo,
la fiesta de colores,
el paseo sin zapatos,
las manos limpias
todo te puede faltar, pero no
el bendito amor y sus placeres,
la hoguera dentro y fuera,
el cojín mullido,
la maravillosa risa,
la soledad contigo,
la multitud de flores,
el aire de afuera,
la manía de ser música y danza
que no te falte la voz
pero mucho menos el silencio,
la prudente distancia y
los necesarios encuentros,
el goce del fin y del comienzo,
la espiritualidad profunda que es
luz de sabios, y tu casa
que te sean devueltas
tus caricias y tus ternuras,
el abrazo de todos tus hijos
y de todos tus abrazos
el beso
que no te falte nada, mujer,
y, aunque así fuera,
si algo pudiera faltarte,
de buena madera estás hecha,
de buena fibra,
pareces una pompa de jabón
pero no lo eres:
tú, sólo desapareces en manos de
Dios.

domingo, 7 de marzo de 2021

DE LA DIVERSIDAD DE TALENTOS Y SU MISIÓN


No podemos ser iguales en términos de características personales y talentos, porque somos hijos del sagrado, sabio y constante movimiento universal, lo que nos hace particularmente originales, individuales, diversos, privilegiados y únicos. Uno es uno y el otro, pues NO es uno. Creo que la abierta comprensión de esa afirmación y su aceptación es la emulsión divina que engrasa toda relación, o sea, la esencia esencial de respeto, principio y fundamento de todo. Creer lo contrario mientras nos movemos y convivimos, es abortar la misión personal e infestar de egoísmo la del otro; es la forma más violenta de invalidarlos y la más pobre de considerarnos; es la merma mas importante de humanidad.
I.P.

Existe un lugar hidratado de armonía

Existe un lugar hidratado de armonía
y perfumado de exquisitas rarezas,
allí se sueña dentro de un espiral
redondeado por el cálido aliento de un poema
que está a punto de nacerme en el pecho
a ese lugar no puedo invitar a nadie y, sin embargo,
"él" y tantos están presentes
desde lo escandaloso de sus voces ausentes
es un lugar con mi nombre, sin ser mío ni para mí,
un lugar como un paseo campestre y agreste
en donde las cáscaras doradas y los pétalos plateados
compiten con la longevidad de las huellas de mis pies
que son indicios de la fuerza que le he conferido
a la prosa de mis pasos
estoy en ese lugar casi siempre,
como lo está el árbol al que sus raíces jamás
han temido soledad o melancolía
y como él, me revisto de hojas nuevas
y me leo y resueno en el reflejo de algún rio alborotado
cada vez que su superficie declama para mí
este es el lugar que afloró en poema,
que acuna romances, cantos pletóricos e increíbles odas,
pero yo quiero estar en otra parte..., allá,
a un giro,
a una estrella,
a una letra,
a un aliento de mi amor.

Irma Pérez


Un sólo verso de un sólo aliento

 

Tengo los pies en dirección al abismo de un futuro que se alzó ayer cuando llegamos al escándalo de la sangre que corrió los besos que inflamaron la envidia de los dioses que no previeron la concepción del presente como el gran arrebol que hizo que levantaran sus cabezas en el deslumbramiento que provoca la belleza del amor leído en un sólo verso de un sólo aliento como este que también como yo tiene los pies en dirección a un abismo que ha girado horizontalmente este día y la noche que sigue a esta noche de los dos.
Irma Pérez


 La naturaleza es una promesa que nunca necesitó hacerse, ¿para qué más ejemplo?

Así que, sin promesas "gente jacarandosa", sin promesas, que nada tiene más valor y aprecio que aquello que va llegando natural y espontáneamente; eso que no genera duda, solicitud, necesidad, espera, vacío o fin.
Si pides una promesa, no crees en el otro.
Si te piden una promesa, el otro no cree en ti. Así de simple, claro y contundente. Porque las promesas se inventaron, justamente, cuando dejamos de creer en la veracidad de la sola palabra dicha (implícitamente ejecutada desde la convicción y la voluntad), de la sola presencia. Creer en el otro entonces, es la gran libertad de la confianza que no está sujeta a nada, pues "prometer", en cambio, es un verbo que necesita muletas para echarse a andar y una mirada más que sostenida en donde la mano no tiemble.
I.P.

DE PUERTAS, DE CONTINUIDAD


Uno nunca sabe delante de qué "puerta" está. Tampoco uno puede asegurar en qué instante se entra, en qué momento la voluntad rota sus estaciones y el entorno desaparece en rutina. El tiempo pasa por las pieles de las sillas y el cuero de las manos, la movida es intensa; el orgasmo y el caos son dos brazos alzados a cada lado del vulnerable esqueleto de la vida y pocas cosas permanecen intactas e inmóviles como los ojos yertos de un maniquí. De allí entran y salen para nunca más o para siempre, los nombres y los recuerdos que cuentan la historia que somos, la que vamos haciendo, la intransferible, la irreversible.
Uno nunca sabe de la continuidad nada porque continuar es un verbo plural que funciona paralelo al universo. Sin embargo, todo lo que necesitamos entender y saber es que, aunque lanzados a la vida, siempre hay un hilo que nos enlaza unos a otros, un arnés que nos rodea, un faro que es centro, interior y periferia, y una llave maestra que abre todas las "puertas".
I.P.

La vida tiene tantas cosas sencillas y bellas que pasan desapercibidas... Y no es que estemos ciegos para verlas, no, estamos incapacitados, distraídos en el deseo por otras cosas que también pasarán desapercibidas, una vez se nos pase el anhelo que nos ocupa temporalmente toda la vista.

I.P.


 

En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para tí, a donde volver siempre.