Las lágrimas desembocan en el mar
el hombre que diga que no llora,
es de los mortales
el más triste de todos
pobre contenedor
de silencio y desconsuelo,
tortuga sin cabeza que
ni repta,
ni vuela,
ni trepa
frustrado niño que no juega,
frustrado hombre que no sueña
el infinito océano es su espejo,
reflejo de su propia pena
que no se conduele ni cesa
el hombre que diga que no llora,
tiene amarrada a su cuello
la piedra del orgullo
y su vida,
lanzada al vacío como
lágrima por su mejilla,
cae,
cae,
cae.
IRMA P.
2013
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