"Esperar el momento correcto/perfecto suele ser una de las trampas favoritas del miedo" (leído por ahi).
"Estoy esperando el momento correcto, porque cuando me decida, no habrá punto de retorno para mí; no saldré con nadie más; no amaré a nadie mas; no me importará nada más por el resto de mi vida" (leído en el muro de un amigo).
Luego, pienso yo: Cómo no va a dar miedo tomar esa decisión basada en tanto radicalismo. Parece que en el fondo se teme tanto a no ser consecuente con los sentimientos, que hace falta condicionarlos para tomar una decisión que, en realidad, debería surgir con plena libertad y confianza a partir de lo que se siente en el aquí y en el ahora. Nada garantiza no equivocarnos, y no hay nada malo en ello si eso sucede; lo que es legítimo no merece espera y no debería avergonzarnos o ser motivo de arrepentimiento. Hay que hacer que las cosas pasen; porque por lo general, quienes pasamos somos nosotros frente a la indiferencia de las cosas. La vida misma.
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