Esos estados inmersos en el sin saber,
ese lugar donde
ese lugar donde
la pesada incertidumbre te
empuja al fondo del pozo como
cuerpo de pluma con pies de piedra,
por horas,
por días,
respirando sin pulmones
respirando sin pulmones
todo parece haberse detenido en
el borde inferior de la esquina de esta página,
justo en el renglón que dice:
“y deberás empezar de nuevo y
de nuevo, y una vez más,
y así sabrás que…”
justo en el renglón que dice:
“y deberás empezar de nuevo y
de nuevo, y una vez más,
y así sabrás que…”
entonces,
quedas como estás, sin estar,
ni en lo caliente, ni en lo frio,
parecido a un reloj detenido en
ni en lo caliente, ni en lo frio,
parecido a un reloj detenido en
la muñeca del limbo
donde el tiempo en espera se reprime
donde el tiempo en espera se reprime
pero,
eso es falso,
porque la vida se las sabe todas:
pasa y te saluda -paralela-,
te alza una mano y se despide
mientras tú le miras
porque la vida se las sabe todas:
pasa y te saluda -paralela-,
te alza una mano y se despide
mientras tú le miras
y sólo sabes que
sigues inmerso, inmóvil,
en algo así como... la nada.
en algo así como... la nada.
IRMA P.
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