Cuando no sientas,
cuando no sepas,
cuando no veas
en medio de la elástica incertidumbre, del aguante;
en la hora de las feroces palpitaciones, del sudor en pleno helaje;
en presencia del perdón ausente, del crugir del miedo;
en tiempos de luto por los días
que no amanecen;
en los callejones destemplados de tu voz,
del otro silencio;
en la mirada que te debe la ternura, en la que tú debes;
en lo tortuoso de la ambivalencia infinita, de la frenética duda
mientras pasa el grito y sus
cascabeles,
mientras se retira la ola muerta,
mientras llueve adentro,
mientras se dilata el ojo de la espera,
mientras averiguas dónde has estado
cuando la amistad te falte o
se te suelte esa costura;
cuando la sangre se ponga pálida y espesa;
cuando voz y bomba sean lo mismo y
el ruido te quiebre los huesos y las ganas;
cuando se te caiga la frente, los hombros, la densa lágrima;
cuando te olvides de respirar, cuando eso quieras;
cuando ya no seas más alegre o la alegría no te importe;
cuando miedo, rabia y locura
habiten el cuarto de tu casa y tu sonrisa,
cuando no te amen desde
la altura de tu amor,
cuando la soledad haga nudos alrededor de tu pecho
cuando te pierdas,
cuando te aburras,
cuando te canses,
cuando todo eso,
¡ve al arte!,
ve al arte
y no regreses de allí.
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"Toda crítica verdadera es un acto de amor".