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lunes, 31 de enero de 2022

DEL "SI HUBIERA" Y DEL "AHORA "

 


¿Cómo sería si hubiera...?
¿Qué sería si hubiera hecho otra cosa? ¿Cómo sería si hubiera pensado diferente o, si hubiera sentido distinto...?
Nos gusta hacernos la pregunta, aunque de antemano sabemos que la respuesta siempre corre por cuenta de la imaginación. El "hubiera no existe", dice una canción por ahí, y esa afirmación resuena como un deseo desahuciado reclamando al fondo de la memoria. Parece que, el nombrar todo lo que encierra un "si hubiera", hace que de alguna manera, aquella posibilidad de que, algo que no fue, se manifieste y quede como testimonio de lo que alguna vez se quiso, de lo que no se eligió y de lo que ya no puede ser; así también, de lo que hay, de lo que es, de lo que está latiendo todavía; de lo que aún, de alguna forma, sigue vivo, tan vivo que incluso en las fotos se ve cómo respira.
"Si hubiera...", si hubiera trabajado más, si hubiera leído aquel libro, si hubiera estado más atento, si me hubiera quedado en casa, si hubiera hecho caso, si hubiera dejado de pensar tanto en mí, si hubiera reído más, si hubiera estudiado, si hubiera sido más fuerte, si hubiera pensado más y sentido menos, si hubiera tomado otra decisión; si le hubiera dicho, si le hubiera escuchado, si hubiera ido, si hubiera dejado pasar, si hubiera corrido, si hubiera mirado un poco más allá, si hubiera sido más paciente, si hubiera abrazado más, sentido más; si hubiera hecho eso..., o aquello...
Tanto que pudo haber sido AYER, por todo lo que es AHORA.
Ahora... y, ¿qué es el "ahora"?
El "ahora" es este segundo que nos deja perplejos frente a un reloj sin maquinaria, que no avisa futuro seguro ni oportunidad sin prisa ni pausa; el "ahora" es ese segundo que cambia de nombre a cada instante, que precluye, que se consume todo, que en todo se transforma, que siempre quiere irse para ser relevado por otro "ahora" que se encargue de continuar el tiempo en donde los "si hubiera", cada vez y cada tanto, pudieran ser menos.
Es así como el "si hubiera" pasa a ser una letanía tormentosa e inútil, un lamento sin opción de lugar ni de tiempo, una inservible queja del pasado. En cambio, el "ahora" es: la oportunidad que tiene el "haber" de poder "ser" gracias a la fuerza del "hacer" en el presente; es el momento exclusivo, el lugar y la hora pertinente, la ocasión única en que el "haber" determina no ser en el futuro, efervescencia eterna del desasosiego o ardor agudo del arrepentimiento.
I.P.

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