Hasta que vuelvas
con tu traje de once luces
y tu rostro de penúltima luna;
de nuevo y yo esté, quizás,
más grande o tal vez
menos pequeña
hasta entonces,
te despido agradecida
por sacarme a bailar en puntas
de pie sin quebrarme y
en aceitadas ruedas
por encima de los pisos falsos
y de las expectativas imposibles;
por todo lo bueno que queda
de este tiempo con tu nombre;
por todas tus noches sin desvelo
y todos tus días de sueños
por pasar, por la garganta pasar,
Noviembre.
IRMA P.
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"Toda crítica verdadera es un acto de amor".