Se prende el fogón,
se pone la olla,
se echa la leche,
se pone a hervir
se pone la olla,
se echa la leche,
se pone a hervir
se espera y, mientras,
sin perderla de vista,
se hace todo lo demás
a este ritual se le llama "día"
al final, lo importante es calentarlo,
observarlo para que no se desborde,
beberlo poco a poco
¡con todo y su espuma!
la vida es como una olla con
leche al fuego:
para beberla en su forma óptima,
hay que "estarla mirando".
IRMA P.
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