Buscar este blog

martes, 13 de diciembre de 2022

RIENDA SUELTA

 


Ven, mi amor,
descosamos esta distancia
tan apretada,
tan zancona,
tan virgen,
tan malparida

¡camina, ven aquí!
acuéstame,
ponme,
levántame,
ajústame a tus manos;
ábreme la boca mientras me
muerdes los tobillos y, la boca

encuéntrate conmigo, amor,
deshagamos la distancia esta tan
apretada,
zancona,
virgen,
malparida y,
finalmente ¡soltémonos!
de tan próximos.

IRMA P.




PENÚLTIMA LUNA



Hasta que vuelvas
con tu traje de once luces
y tu rostro de penúltima luna;
hasta que me alcances
de nuevo y yo esté, quizás,
más grande o tal vez
menos pequeña
hasta entonces,
te despido agradecida
por sacarme a bailar en puntas
de pie sin quebrarme y
en aceitadas ruedas
por encima de los pisos falsos
y de las expectativas imposibles;
por todo lo bueno que queda
de este tiempo con tu nombre;
por todas tus noches sin desvelo
y todos tus días de sueños
por pasar, por la garganta pasar,
Noviembre.
IRMA P.

SENTIPENSANDO

 


Es domingo, y el sol de este día no dejó rastro tibio en su última hora. La noche fría es continuidad de lluvia y más lluvia. Tras los cristales caen cortinas de agua que contra las superficies suenan como una orquesta sinfónica melancólica y sentimental. La fecha es aún Noviembre, pero a éste sólo le quedan tres toques de diana y ni uno más para irse con un trozo de la historia del mundo que va resultando apretada, rara y opaca en su recuerdo. Hace algunas noches -desde octubre- la Navidad con todo y su ambiente festivo, llegó como una realidad forzada, anticipada y visible a mostrarse en las vitrinas y en las casas; como una ilusión que se despierta temprano a halar y enrollar el hilo de un tiempo al que hay que encontrarle pronto la punta, sabiéndolo imprevisible, laberíntico, redondo, aparentemente interminable y complejo como la cinta de Moebius.
Pero, no es el tiempo con sus nombres el que hace, el que cuenta la historia, el que la decide y la termina; somos nosotros los que hacemos el tiempo, los que lo batimos, lo horneamos y consumimos; como este momento que, gracias al frío y a la intensa lluvia no ha pasado indiferente, desabrido ni vacío; sin escribirlo.
Esta noche, el eco de la lluvia parece lavar el sonido ambiguo que deja el golpe de la incertidumbre. Quién lo diría... Por eso, no sirve querer parar la lluvia o el frío con ansiedad en el deseo; porque nunca se sabe si puede haber otra manera de saber, todo lo que uno puede hacer mientras afuera llueve.
Ya dejó de llover.
I.P.



NO SABE UNO

 


No sabe uno
cuándo el sueño nos tira del cabello
hacia el fondo de las cosas desconocidas
que igual, con sus temperaturas,
nos pertenecen y nos llaman

no sabe uno
porqué la noche
no deja dormir al hombre sólo,
treparse en su desmemoria
por los detalles y la minucia de sus huellas
para encontrarse distraído
en el desapercibido respiro de
un recuerdo que aún late

no sabe uno
de qué manera, la mujer sola,
puede sumergirse desprevenida y líquida
en un poema erótico de esos
ofrecidos por Carmen Matute y,
como sus caracoles,
enterrarse en la arena a dormir el sueño
de los amantes que sucumben
ante la proximidad del inminente beso

no sabe uno,
qué de todo esto escrito
son sólo preguntas huérfanas,
cuánto es sólo el frío
de una madrugada demencial o cuánto,
el rugido de un fuego intenso que,
en vela,
recorre el cuerpo en dirección al sur.

IRMA P.





SENTIPENSANDO

 


Siempre me ha resultado bien quedarme callada frente a los presumidos, a los tibios, los belicosos y a los mentirosos. Una cosa divina -como caída del cielo- siempre se encarga, a su tiempo, de ponerles en su lugar y de cerrarles la boca. Ley de la vida.
I.P.

DE UNA FECHA A OTRA

 


Una puerta inmensa se abre
de una fecha a otra,
y sigo adorando
el mismo calabozo curtido y decrépito
este segundo es el recuerdo
que juntamos en bancos de rutinas,
donde hacemos depósitos
que no devuelven un centavo de vida
quién no ha sentido miedo del miedo,
quién podría morder esa pared
y luego mostrar su dentadura intacta
cuánto detesto esta parálisis
que no es quietud.

IRMA P.
2020

lunes, 14 de noviembre de 2022

SENTIPENSANDO

.

🖊
Cuando necesites escribirle a alguna persona para celebrarla, felicitarla, animarla y/o expresarle tu amor, sólo cierra los ojos y, por un momento (sin conteo), ¡siéntela!, sien-te-la, y no te muevas de ahí hasta que le percibas cerca, casi presente. Luego, escríbele desde el último enunciado de tu corazón pues, es ahí donde circula la sangre del sentimiento que recuerda y valida el vínculo; ahí está la fibra que ha sido tocada por esa persona y la pulsación que permanece activa y que convoca a las palabras. Desde ahí, entonces: escribe con esa luz, con ese liviano cincel y luego, envía el diamante.
I.P.



SINSENTIDO

 


He tocado fondo
y el fondo no termina,
el fondo es una cárcel redonda
de paredes elevadas
e idénticas perspectivas,
como un cilindro con su único
lado abierto boca abajo
una ventana sin par
muestra sus dientes de cemento
como una foto sonreida de la soledad
dentro de un marco que
llena todo el espacio
y al mismo tiempo, lo vacía
he tocado fondo,
y decirlo es como si hubiera
llegado a algún destino, a algún sitio,
pero hay sitios que no son lugares
y hay lugares que son tumbas en
donde los vivos duermen
para no soñar
he tocado un todo imponente,
inclemente, contundente;
todo se resume al sinsentido
del amor
que no se puede vivir.

IRMA P.


jueves, 10 de noviembre de 2022

DE LO JODIDO DE SER LIBRE


Tan imperceptible la danza del hierro caliente
cuando va rodeando las cabezas de
las ensimismadas aves, lelas ellas
en su minúsculo universo, apiñadas y conformes con
los barrotes bronceados en la piel

yo tengo alas voluminosas y pulmones sensibles,
no quepo en las pajareras y, a veces,
tropiezo con las puertas del campo;
no tengo rama propia
ni calle con nombre que me ubique

cuando sale el sol, siempre me quedo atrás de la
bandada mientras lo observo...
...me gustan las cosas que suceden por primera vez todos los días

así que está jodido, muy jodido,
que renunciar a vivir en cualquier jaula
no me cueste quemarme las puntas de las plumas un poco

pero, soy ave de mirada larga
y en todo tiempo, de corto trino;
amo el nido en el árbol
y el perceptible silencio de una bandada en vuelo libre

en realidad, temo no caber ni en el ancho de las palabras,
pues lo único que me cabe a mí en el pecho
es el cielo.

IRMA P.




 

Hay una parte de su historia
que el hombre no cuenta nunca,
porque si lo hiciera,
todos sus silencios
se convertirían en chicharras.
Dicen que las chicharras
mueren con el estruendo
de su propio sonido.

IRMA P.


 

EN-VEJEZ-SER


Aquello que vemos como el fin de la lozanía, del ímpetu y majestad del
hueso, la sangre y la piel,
conlleva una algarabía silenciosa y una infantil ilusión amansada en su interior;
el intangible anhelo con que avivamos la continua sucesión
del hilo que cose, apasionado y fino, el ajuar de las edades del tiempo

eso es, un avistamiento sin distancia a los saldos a favor y en contra que,
desde la privilegiada condición de "ser vivo" en tránsito y en constante
patrullaje de razonamientos, sentimientos y sentidos,
eventualmente nos ubica
-tras una vida de tenaz sobrevuelo dentro de un mundo subacuático
de cíclicas mareas terrenales-
a un escalón -de paso grande-
por encima de las preguntas que nos hicimos tantas veces sobre el acierto de
los derroteros, la consecuencia de las primeras veces y el sentido vital de todo

eso es, el punto de madurez que,
en-vejez-siendo, conserva rejuvenecida
la intención de movilidad y de deseo y de más;
que detalla perfecto el trazo que dibujamos en el tablero del tiempo
y la huella del mordisco que dimos por gula, hambre o saciedad

eso es, la sustancia activa que permanece, es decir,
la protagonista de la reciprocidad del amor

eso es, la evidencia propia y explícita de los aciertos categóricos que no
ofendieron flora y fauna, pero también, de los errores que, reincidentes,
humillaron la cortesía de las ternuras y tesituras de la especie

eso es, la altura a la que llevamos en justo relevo,
la antorcha palpitante de nuestros presentes antepasados;
la oportunidad de ser ojos de otoño anunciando ascensos de primaveras y,
desde aquel anhelo de ocre sabiduría arcillosa,
prever un invierno de fuego continuado, que atenúe el sobrepeso del frío y
la hipertensión de los estragos

eso es, la gran finalidad de un principio y, el principio de la finalidad;
la tangible lozanía, ímpetu y majestad del primerísimo respiro a la vida,
-sostenido en notas de aire de cortos nombres con la duración de un aplauso-
hasta el término de gracia
de la precisada completitud.
IRMA P.





PARIDAD


Ojalá que el olvido de mí
te llegue mucho antes que la indiferencia
y entonces,
ojalá que mi indiferencia llegue puntual,
justo antes de tu olvido.
Todo, ojalá, sí;
como quien espera que no suceda
la mordida profunda
del inminente adiós impar.
IRMA P.





DUALIDAD

 


De todo, la dualidad es
lo que más me aprieta el cuello
mantener esa soga
suelta, aislada,
lejos del contacto de mi piel,
me ha costado el tiempo
y el lugar
que no me he dado nunca
como aquel globo existencial
de: “ser o no ser”
que siempre bifurca la certeza.

IRMA P.

SENTIPENSANDO

 

Luego de algunas leturas, se asomó a mi mente la siguiente afirmación: "En realidad, pocas mujeres empatizan con sus iguales y se apoyan entre sí"; entonces, de mujer a mujer, me hice la pregunta a mí misma: ¿Lo haces tú? Y la respuesta se dejó sentir como un golpe agudo en el dedo pequeño del pie; imagínese.
Con ese dolor escribo ahora, lo que me corresponde.
IRMA P.



HORIZONTAL



Quiero liso el pavimento
donde pondré el pie
que se adelanta
que ningún bache en el camino
se quede abierto como evidencia de vergüenza,
de abandono o cobardías
quiero llano el camino
de subida o de bajada,
a lo ancho y a lo largo de
las rutas que diseñan el mapa
que
hemos escogido
sin arrugas
el trayecto a andar;
negro, sólo el turno de la noche;
techos azules de algodones rosa;
bordes de frutos rojos sin
plaga de promesas declinadas
o ideas obsoletas de pecado
quiero esta ruta abierta,
horizontal,
cause y causa del presente de los actos,
periplo sin equipaje de rocas;
sin permiso el sol,
sin visa la lluvia
el amor
como único aviso preventivo;
luz que preceda al cambio y a la sorpresa,
claridad que alumbre la oscura calle,
el punto de partida y de llegada a
la vereda de tus brazos o,
a la curva más cerrada de tu beso.

IRMA P.



¿POR QUÉ LOS POETAS “REGALAN” SU POESÍA?

 


No es que me haya sentado a pensar en la pregunta, ni siquiera se me pasaba por la mente el preguntar alguna cosa; fue de repente, sin más y sin menos palabras. Debo confesar, que luego de postearla me quedé con la mirada fija en un “blanco”, divagando mi propia respuesta y sin mucha expectativa sobre la reacción general frente a tal pregunta. “Qué bueno saber qué piensan todos…”, pensé. En cuanto a mí, me esculqué un poco la consciencia, la voluntad, la expectativa, la memoria, la motivación y el ánimo, y no encontré el fondo ni la forma para una respuesta concreta, y mucho menos concluyente. Como sea, me parece que está bien airear de vez en cuando, lo que reposa encogido y sin luz.
Pero bueno, retomemos: ¿Por qué los poetas “regalan” su poesía?
¿Para qué más es? me respondo con la pregunta y, voy más allá:
Desde mi experiencia personal, no me cabe la menor duda que, escribir es un verbo cuya realización sólo tiene sentido, si cumple con su finalidad de emisión y comunicación. Particularmente, creo que la poesía es un género literario que busca cubrir del frío existencial al ser humano; ella es un acompañante liberador y revelador; un facilitador que camina paralelo al acontecer diario, que sabe moverse entre el contraste de los tiempos y los enfoques, y que también sabe “respirar” dentro de cada elemento sin alterar su esencia y su propósito. A pesar de eso, todos sabemos que ella no siempre es bien recibida, no siempre se comprende, no siempre se acepta, no siempre se acomoda y no siempre gusta. Como todo. De ahí que, hay tantos estilos y formas de decir, como brochazos gruesos y delgados hay en la colección del arte universal.
Por otra parte, creo que, escribir poesía no es como patear un balón o mascar chicle; no es tampoco el más elevado de los oficios, aunque, tan relativo es decirlo, como que el lector se imagine hasta dónde se llega cuando se busca más allá de lo visible y de lo palpable; sin embargo, por su trascendencia existencial, espiritual y emocional, me parece que si algo demandara la poesía, sería un lugar en el corazón del hombre, una mirada abierta y respetuosa; una oportunidad de espacios sin tanto ruido; libertad conjugada en todas sus formas posibles, amplitud en la receptividad, desarme y justa estima. Si bien uno puede quedarse con su poesía guardada en un cajón, por la razón que sea, me parece que hacerlo en estos tiempos donde lo que se quiera leer y publicar está a un clic, tiene que ver con la personalidad de quien escribe y sus propios intereses. Muy respetable. Como dijo alguno por ahí, “De todo hay en la viña del Señor”. Pero, en cuanto a mí, yo sí he “regalado” mi poesía -que no es poca- una y otra vez. La he visto irse, dejarse llevar, consolar, animar; la he visto revolver y remover; la he visto contestar, compartirse; la he encontrado en otros ojos, escuchado en otra voz, en alguna historia, en otro idioma, en otro tiempo.
Esta labor como muchas otras, requiere de vocación principalmente, pero también de disposición, responsabilidad, dedicación, entusiasmo, tiempo, entrega y más. Y creo que, si hubiere lugar a una retribución económica como motivación prioritaria, el próximo poema a escribir perdería la “limpieza” que exige su esencia; además, creo que la inspiración estaría permeada por un interés malsano y perjudicial, una influencia externa muy contraria al ideal de libertad y pureza que requiere el sagrado ejercicio de escribir y, lo que es más trágico aún, acabaría siendo representada por un pedazo de moneda que jamás podría cubrir el incalculable y único valor ético y estético que tiene.
Ah!, si con la poesía se consiguiera dinero, cuántas cosas habría conseguido yo; entre otras, como el poder abrazar personalmente y conocer a todas esas personas que a lo largo y ancho de la geografía del mundo me han regalado su tiempo, sus palabras, sus emociones, sus “si” y sus “no” y todas esas cosas maravillosas que se reciben gracias a una honesta y espontánea correspondencia de doble vía. Eso, “retroalimentación divina” le llamo yo, la que considero, hoy en día, como la representación de una parte importante y no negociable de mi riqueza personal.
Otra cosa es recoger lo escrito, ponerlo en un libro con portada y título, y letras en tinta y papel y nombre propio; otra cosa es revisarlo prolijamente, corregirlo una y otra vez, diseñarlo, detallarlo, gestionar su publicación, esperarlo, recibirlo, promocionarlo y venderlo. ¡Venderlo! eso es otra cosa, ¿verdad?
Por salud, por si las dudas, por amor y por favor, LEAN POESÍA.
I.P.



  Biológica, adoptiva... Madre es la mujer que ama como quien cuida con dulce vehemencia una gestación al interior y por fuera de su cuerpo, todos los días y las noches del calendario; de por vida, con su vida y para siempre.

Lo gestado siempre será su espejo, será siempre su amor y la mirada devuelta que no le faltará porque, con el tiempo, se habrá invertido naturalmente la ternura del acunar y del abrazo.
I.P.

 

En qué fatalidad me encuentro
que no avanzo ni retrocedo

a cada lado
tengo un espacio tan delgado
que apenas cabe -de perfil- una hoja de papel
tengo los nervios apuntándome,
intrigantes se confabulan con el silencio
reduciéndome a una mínima sombra,
tan insignificante ella
que desaparece sin que nadie
le haya visto emerger siquiera

nada le hace justicia a mi amor,
tal vez, 
la sublevación logre salvarme de no declararme
cobarde,
sosa,
vencida.

IRMA P.

domingo, 16 de octubre de 2022

SINFÓNICA

 


¡Que se levante todo mi recurso poético con su electrizante batuta

y que las listas de vocabulario se pongan de pie ipso facto!,
que quiero decirle al que amo
lo que me suena incesante, abundante y rítmico en el pecho
pero que no encuentra conductores sonoros,
nobles emisores, ni a mi voz para hacerlo
estoy desnuda de palabras y celosa del silencio que
sabe cómo orquestar la conquista de esa rebosante intimidad
tal vez la selva podría prestarme sus músicos más elevados,
pero eso sería tan sólo una aproximación ingenua
a lo que demanda, explícito, mi amor para expresarse
a este punto, ya no me basta el lenguaje pronunciable;
la emoción hormiguea y me cruza el cuerpo frente al suyo
con su intangible sinfónica de plumas;
me marca con exuberante dicha...,
he dicho "dicha", he dicho "exuberante"
ya no deseo intervención de apelativos, de cantos u otras ayudas:
me voy, ya, a besarlo.

IRMA P.



sábado, 24 de septiembre de 2022

 

Hay desplazamientos
que no tienen retorno,
pero también,
hay inevitables rotundos regresos
la casa es el lugar donde amanece
aunque, en la noche,
la resistente nostalgia
nos tiente a correr los mapas en reversa
lo real es la raíz,
la diferencia es la raíz,
la distancia es la raíz,
lo nuestro -es decir-
lo tuyo y lo mío, es la raíz
la raíz que es
ni más ni menos
la voluntad alcanzándose
no se mueren los pies
que cambian de suelo,
se muere la raíz
que no camina,
que no se estira,
que queda atrapada -con todo y su mirada-
en las ruinas de una casa
cuyo sol
siempre sale por detrás de sus ojos.

IRMA P.
(Poema en mi libro AHORA SIEMPRE ES CUANDO-2020)



 

Observando las estaciones entendemos que todos somos hoja de otoño, luego de haber ardido un verano increíble, colgados de un árbol que florece justo después del hielo.
I.P.

LABRANZA DE ALEGRÍA


Me siento siembra germinando;
mi jardinero es espléndido,
es bueno y es cuidadoso
cada día me riega un poco
y me remueve la tierra con
tal delicadeza
que no sé si soy respiro o soy el aire
me siento semilla descubierta;
fruta, hortaliza, flor o cereal
en el huerto del generoso granjero;
me siento
próspero cultivo de soles,
campo de labranza de la alegría.

IRMA P.


jueves, 22 de septiembre de 2022

A PROPÓSITO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ

 

No le hagan caso a los ostentosos premios y demás barullo y reconocimientos en mi nombre. Yo soy silenciosa, ligera y sosegada como el vuelo de las aves...
🕊️🕊️ ... 🕊️
A PROPÓSITO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ
DE LA PAZ
LA PAZ
PAZ...
🕊️
Si nos ponemos a ver y, no a mirar,
nadie nunca ha sabido qué es la paz
tan así es
que hasta se imagina blanca,
con cuello blanco y blancos guantes
pero lo nuestro es
ser el blanco y quedarnos en blanco
pues, un blanco para un tiro, seduce
y una lengua entre blancos dientes, convence.
La verdad es que, de las palomas 🕊️🕊️🕊️
sólo hemos sido capaces de merecernos
sus heces
de la paz, ni hablemos,
que ni frente a nuestros propios ojos
creemos que, el primer aleteo
habría de tener que resonar
desde dentro del propio pecho
primero.
IRMA P.

 

Hay un rio de poesía que fluye besándonos los ojos. Encuentra tu imagen, y deja que ésta te lleve a esa orilla en donde amas vivir.
I.P.



lunes, 19 de septiembre de 2022

 

Nadie llama con los nudillos
de la mano
a lo que no tiene puerta
hablo de la apertura de una mirada,
hablo de esa bienvenida sostenida y concedida
de quien te lleva en sus ojos
sin otro dominio distinto
al de las libertades de su amor.

IRMA P.



viernes, 9 de septiembre de 2022












Adultos del mundo

tu descendencia te mira con miedo,
-miedo no de ti, no seas idiota-
le temen al triunfo de la idiotez
a ti te miran con rabia
por ese miedo,
por la desesperanza y el desamparo,
por tus decisiones y omisiones
porque has sido
embustero,
agorero,
farandulero,
bandolero,
rastrero
por lo que ellos tendrán que
ser y hacer mañana
con eso.

IRMA P.

Fotos, Pinterest





En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para tí, a donde volver siempre.