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viernes, 18 de septiembre de 2020
martes, 18 de agosto de 2020
AHORA SIEMPRE ES CUANDO - Libro de IRMA PÉREZ, La Pillis 2020
https://atardescentes.com/producto/ahora-siempre-es-cuando/
Pasaron los años, muchos años, y yo no dejé de pensar en prosa ni de escribir en verso un solo día. Hoy, AHORA, cargada de una grata emoción y una inmensa satisfacción, quisiera contarles un poquito cómo ha sido la marea durante todo mi tiempo entre cambios radicales de residencia y todo lo que eso conlleva en términos de desprendimiento, introducción y adaptación a los nuevos entornos y a la nueva vida. En la marcha, y a pesar del recurso digital, no había podido lograr la motivación necesaria y suficiente, hasta AHORA, para recoger en un libro una nueva serie de poemas míos que, valga decirlo en la oportunidad, para la fecha suman alrededor de mil. ¡Eso es un montón! Un montón de horas, un montón de emociones, de cálidas o crudas vivencias; un montón de viajes al otro lado de lo presente, de lo tangible y reconocible; un montón de descubrimientos y vuelos en alas de las comillas y las comas, de las palabras y los signos ortográficos, de los diccionarios y los traductores; un montón de adagios en minúsculas monumentales y de epifanías existenciales en mayúsculas fijas. Un montón es “una vida”... Así que, llegando hasta aquí “AHORA”, y reconociendo este momento mío como el apropiado y justo para compilar y publicar esos textos, me da mucho gusto, orgullo y alegría presentarles mi nuevo libro de poesía “AHORA SIEMPRE ES CUANDO” el cual reúne 160 poemas míos, escogidos de manera aleatoria de mi poemario general, evidencia éste, de mi obra poética desarrollada durante los últimos diez años.
Quienes quieran conseguir este poemario, inicialmente lo pueden encontrar en formato digital en la TIENDA de la plataforma de ATARDESCENTES, espacio joven de generoso y diverso aroma cultural, deliciosa lectura y mucho entretenimiento. Este es el link: www.atardescentes.com o https://atardescentes.com/producto/ahora-siempre-es-cuando/
Así como todo lo que previamente he publicado en las redes sociales, este libro también lleva mucho más que arte y “artesanía”; lleva impreso un fondo de agua con mi legítima intención de acompañar desde la palabra, no siempre bonita, no siempre cómoda, pero siempre sin pausa, fluida, traslúcida y con el amor del rio que no se mide en su largo y ancho recorrido, ni en su sonido poético.
A todas y todos los que me han pedido este libro, GRACIAS. A los que habrán de adquirirlo, compartirlo y difundirlo, GRACIAS. A los que siempre me leen, GRACIAS.
Que les guste pues, ¡que les guste mucho! Versos y abrazos.
jueves, 13 de agosto de 2020
sábado, 30 de mayo de 2020
que le falta al cuenco
sin percatarme de que
cada vez que lo levantaba para beberlo
unas cuantas gotas caían al piso o
se me escurrían de la boca por exceso
de nervios, torpeza o avidez
ondulan los segundos de hoy
y de unos pocos días que me faltan
para dejarlo vacío
me lo voy tomando a pequeños sorbos
como cuando la fiesta está por acabar
y no se quiere soltar aquella mirada
o aquel abrazo
y el agua del cuenco se haya consumido,
me iré a caminar por la vereda
de algún río
que llene mis itinerarios con la luna
y todas las vasijas
de donde mi sed conozca su borde
porque, cuando el agua se rebosa del
cuenco, es el tiempo que llora
lo que no ha sido, y no será.
OJALÁ
a la hora en punto
cómo nos descolgamos del hoy
y cuánto nos importó el tic tac del futuro
cuando no se oía
se tomen un café en los "cuándos" de la amistad
y, ojalá, sí ¡ojalá! en los "dóndes" del amor
al borde de la verticalidad de ese abismo,
resista el vértigo, la náusea, y que..., sólo resista
termine de leer su carta de salida,
respire otro aire donde no haya
línea de frontera ni polvo distinto al polen de las palabras
y al de las sacudidas fervorosas del pelo de las estrellas
-en este lugar desde donde nuestros tiempos se miran:
tú, en la orilla de las nueve y yo, en la de las tres,
y donde me reiteraste con vehemencia
que llegaríamos mi esperanza y yo,
algún día, a la hora en punto-
aquí,
te espero.
que nada es gratis en esta vida,
que todo todo se compra o se vende
porque si no, no vale nada
si eso mismo le faltara,
que así como cualquier amanecer
da por hecho el oficio de escribir,
y leer lo considera
una abundancia innecesaria
cuánto cree que vale
una respuesta,
una receta,
un concierto,
la imagen de la vida,
volar,
¡enamorarse!
o no menos, quizás,
este poema
que le ha llegado latiendo
y sin ánimo de lucro.
Así que, es bueno valerse de otras percepciones que recuerden que las buenas y malas energías existen, y que con un poco de observación y apertura se pueden ver y sentir. Hay que decir que, la energía propia, es la que finalmente siempre está buscando a aquella que la identifica.
I.P.
EVENTOS EN LA VIDA QUE "NOS GRITAN" COSAS
Lo que de verdad sentimos... ¿Alguien lo entendería, eh? ¿Alguien quisiera entenderlo? ¿Quién nos querría por ello..., a pesar de ello?
Todos estamos andando y lidiando cada minuto con un libreto elegido, el que mejor nos va, el que nos da valoración y reconocimiento, el que más gusta, el que más divierte, el que recoge toda la aprobación, el que "por eso nos quieren"... Pero no nos digamos mentiras, ¡qué cansancio! ¡qué absurda carga, qué inútil! Aparentar es un verbo que pesa como la mole de una mentira que contiene otras, y encima, tiene un costo que no lo paga ni siquiera el aislamiento de una soledad perpetua.
No debemos olvidar que la vida es de verdad bella, ES BELLA, pero para la gran mayoría no es fácil la jornada de vivir y menos si nos acompañan ciertos desequilibrios, enfermedades o el consumo de todo lo que puede ser autodestructivo y nocivo, en general.
Yo misma me declaro uno de ellos, sin embargo, no podría compararme con estas personas que han pasado por mi vida, que están, que me rodean, que veo a diario, que admiro, que me acompañan, que amo, que sufren; que luchan cada segundo de cada día, contra tanto demonio que ha alimentado el mundo, contra el desprecio, el abandono, contra la ignorancia sobre tantas patologías, enfermedades y adicciones, condiciones que nadie elige en un principio para sí y porque si, y que han sabido cómo ganarle terreno a las múltiples y ya robustas debilidades del hombre.
Uno no cree que aquellas personas, y mírelas bien, las más receptivas y sensibles, las más entusiastas, las de los apasionamientos, las del desborde emocional, las que traspasan inconformidades, las que tocan los extremos, las que estallan de alegría cuando aman y cuando no aman ¡estallan! Esas personas, las más vulnerables quizá, las que están expuestas a todo fuego y a todo frío, a todo ardor y a todo amor, a todo tiempo y a todo sentimiento, uno no cree, pero son fundamentales, ¡vitales a la hora de vivir! Por eso cuando se marchan, la vida pierde un poco su sonrisa.
un lugar perdido en el renglón
de un discurso silvestre,
en la nota del canto del amanecer,
en la última vereda del olvido,
en la brevedad de la chispa
detrás de las orejas de sol
en la melena del agua,
en el rostro maquillado del tiempo,
en el dobladillo de la falda de
este día,
en el verso pálido de algún poema,
en el sueño;
desde la azotea de mis pensamientos,
no hay lugar en el mundo,
en donde pueda
escaparme de mí.
IRMA PÉREZ
AMANECE
Amanece el día y me llama,
me llama con su voz blanca,
con su voz de trino
la diminuta luz abre el espacio,
entran el eucalipto y el pino,
entra el tiempo,
la cosquilla,
la conciencia,
la vainilla
ya no duermo,
ya no quiero
este día amanece
y me llama,
cada segundo me mira.
IRMA PÉREZ
arrojándose frenético por
mi sistema circulatorio o
abriéndose la camisa de un
recuerdo siempre reciente, siempre caliente o
desde la espléndida sonrisa de su propio arco o
clavadas en el dedo anular de la mano de un poema o
desafiante, eufórico, ufanado o
vértigo de unos ojos fascinantes y
lanzarme desde allí sin arnés en el corazón o...,
Poesía, tú,
catarata de versos que
arropas el musgo y las piedras,
no me desabrigues
al punto de la desnudez de mis huesos
soy pez de la sapiencia de tus aguas
y apenas puedo respirar
con las pocas letras que me quedan
en lo húmedo
de mis insondables pliegues y reservas
poeta no soy, cuando siéndolo
me abandonas a la aridez
de vastos espacios en blanco
sin fecundar los incontables verbos
que arrastro a diario, a solas
regresame la continuidad de la lluvia
en este hiato eterno de eufórico crujir,
y has que se pueble de palabras
el océano de agua dulce
a donde vienen tus sedientos
a beber, y yo a escribir,
que es lo mismo
mírame de nuevo, Poesía,
esto es un ruego y el grito es ronco,
evítame el calvario de ser, no siendo,
evítame la boca seca
y vuelve a ponerme al frente
de todo lo que haga falta.
IRMA PÉREZ
Los veo en las tiendas de esquina, cuando a medio día entran a comprar su almuerzo que consiste -la mayoría de veces- en un litro de gaseosa y muchos panes o comida "de paquete". Muy pocos sacan de su morral la tradicional coca de plástico con arroz, plátano y lentejas y, cuando lo hacen, suelen compartirla junto con su aguapanela, con el compañero que nada trajo.
Los veo subidos en andamios que cuelgan desde pisos altísimos con apenas un arnés que, a veces parece improvisado, con toda la valentía, sin embargo, de quien se sabe en riesgo y aun así, lleva a cabo su trabajo.
Los veo al sol y al agua, sin una indumentaria digna para el sol y para el agua; empapados por horas, de agua y de sol.
Los veo al final del día, en grupos, esperando transporte o un aventón de algún "comedido" que después, seguramente, les cobrará el favor; y a muchos otros, sin ninguna opción, que se van caminando tal como llegaron -muy temprano- en la mañana.
Los veo. Ellos son los mismos que los sábados a medio día, se retiran "a descansar" hasta el siguiente lunes y que cuando reciben su pago, camino a su casa se detienen a comprarse una cerveza y terminan bebiéndose toda la canasta, aunque sepan que el lunes ha de comenzar con la resaca y una quincena más sin una moneda en sus bolsillos. Pero también están los otros, los de la coca de plástico con arroz, plátano y lentejas, los que aseguran el bocado y el abrazo a su familia; los que nadie ve o que ven apenas como si hicieran parte del paisaje de un orden urbanístico al que se da por hecho el que su realización no involucra ningún sacrificio humano.
A ellos los veo levantar vigas y ladrillos, cortar varillas y vidrios, picar, perforar, estucar, aserrar, pegar, calibrar, subir, bajar, subir, "poner un piso sobre otro", ser la mano de obra de los rascacielos, los recintos, los centros comerciales, los puertos, edificios y casas y, de todos los techos en donde tú y yo, vivimos y pasamos lo más de bueno.
I.P.
un recuerdo, y un cojín inspira
conteniendo su forma
están frías, como si ésa fuera
la casa de la luna
esencias y leños comparten
diálogos de aromas y fuego
como dos cómplices,
consumidos y abandonados
en la incertidumbre
contrae y dilata su pupila,
aguardando con ilusión
que un vaivén peine sus bisagras
espera en la sonrisa de sus dientes
la apertura y el cierre
de aquella casa encantadora;
lo hacen las cosas y,
nadie sabrá, más allá
de estas cosas
lo histórico,
lo memorable,
lo húmedo,
se lo llevaron ellos dos
al salir
sólo ellos dos
¡qué importa la casa!
Todo termina con un suspiro, ese aliento que le sobra a todo fin, cuando en el segundo siguiente, algo se respira por primera vez.
llega como una delgadísima y pálida imagen,
proyectada en la faz de algún planeta
por donde no corren ríos ni malas nuevas
de la transeúnte que soy,
cuando camino por la calle que lleva tu nombre
junto con un puñado de semillas de mi tiempo
pero hoy,
dudo que de aquella abundancia
hayas guardado un minuto, siquiera,
de mi amor
hay un árbol esperando que llueva,
que llueva mucho.
Por esto es que comunicarnos, compartir y estar con el otro no es un asunto de poca importancia -aunque la rutina y lo habitual caigan como espeso lodo sobre el brillo de todas las cosas- para más, es una dinámica que, como la de la sabia naturaleza, jamás debería darse por hecho, jamás debería asumirse aprendida ni repetida, jamás debería permitir un intercambio pobre de humildad y de auténtica atención o de ambigüedad en la apertura a lo nuevo y lo distinto o, de vacío de asombro y de buen humor, pero sobre todo, permitirse no ser gobernado por la bondad y las directrices del respeto.
No sé, pienso yo... Tal vez la vida consista, entonces, en ir detrás y continuamente de ese milagro.
I.P.
autores en anonimato al margen
de toda figura geométrica,
de toda métrica
extranjeros de lo colectivo,
eso que se queda al otro lado
de este "campo abierto"
donde vivo yo
gente rara que huye de la gente,
solitarios que prefieren
la "otra cosa" a lo habitual,
gente atorada de emociones,
observadores como búhos,
nocturnos,
invisibles
la voz cuando escriben,
porque están convencidos de que
"es otra" la voz que
susurró aquellas palabras
ese vibrato en la amargura, en la dicha,
esa ronquera en el nudo ciego del verso,
esa agudeza que alcanza a la distancia,
esa compasión con el silencio,
ese tono, cuando al amor le falta el aire o,
cuando todo lo que cansa, sobra;
y nada les pertenece,
autores por fuera de los círculos,
voces anónimas,
letras sin libros
en todo caso.
Las discusiones reiterativas entre las personas, vienen de la oscuridad que genera uno en el otro, o ambos entre sí. Sería contradictorio entonces, una necedad, un rollo patológico, aceptar ese sometimiento a tinieblas y titubeos, adaptarse a esa oscuridad -aunque el ojo pueda- pues finalmente, el que no puede negar que siempre lo está viendo todo desde adentro y claramente, es el corazón.
URGENCIA
y es urgente verte,
siempre es urgente
-antes que yo-
y pone mis ansias
a galopar sin detenerse
y en medio del alboroto
que hago con la cucharita del café
y con la punta de mi zapato,
voy intuyendo, penosamente,
a esta urgencia en sala de espera,
y a la enferma esperanza
de “otro día sin tí”
sin precisar cuidados,
desahuciada
y todo vibra sin aire como golpes
de tambor en cuero tenso,
y me siento como su única nota:
discordante
y monótona
y sola
que este día termine
para que otra vez
amanezca
con otra premura,
con la misma,
con esta de verte
todos los días,
urgentemente.
miércoles, 27 de mayo de 2020
lunes, 13 de abril de 2020
HOMENAJE PÓSTUMO
La noche más larga crucificó
la continuidad del tiempo
y mis ojos estuvieron abiertos
para verlo
no vi, en cambio, el último aliento de miles de almas que
se fueron sin tributo ni digna
despedida
no vi sus rostros aterrados
rogando un día más de luz,
una mano en su mano,
un beso sin lágrimas de miedo
no vi álbum ni testimonios,
ni tantas miradas desconocidas que se
cerraron por siempre
en un sólo parpadeo del mundo
todos ellos se han ido
a pesar del auxilio y por falta de él,
en medio de la asfixia de
todas las certidumbres y del
infarto de todo lo posible
la humanidad atónita y muda,
contiene su inmenso dolor,
mientras reúne fuerzas
para continuar y levantarse
con todo y el abrazo de sus abuelos
yo soy la humanidad dolida,
la que bajo resguardo se cultiva en tierra de confianza
esperando que no prospere
el duelo y la desgracia
que si aumentan las mariposas en el cielo, 🦋
que ninguna se vaya sola,
sin homenaje,
sin poema, sin canto,
sin la maravillosa gracia
del profuso amor
que reconoce y bendice
en todo tiempo
a los mortales
sigue la noche;
también mis ojos abiertos.
IRMA PÉREZ🦋
En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para tí, a donde volver siempre.