Porque tengo ojos
puedo ver el barro y el rocío;
hasta el sonido veo e, incluso,
con ellos degusto todo lo agridulce
y soso de la vida
me cubro, y no es por vergüenza;
a mí no me da la gana
de dejar de mirar con fuego.
En algún poema te encontrarás un día, y ese será un lugar para ti, a donde volver siempre.
Cuando recojo mi pelo puede que esté ausente o esté presente a veces, lo recoge la rutina sin avisarme, el calor sin paciencia o el placer...
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"Toda crítica verdadera es un acto de amor".