cerca, en cambio,
del destino asumido,
de lo que soy,
de lo que he sido:
un ser sazonado y "maduro"
que se ha lanzado a la tierra
con sus propios pies de árbol,
un ser ya florecido, abierto, revelado
en apogeo la mística y la lírica,
testigo y escribana de lo
trascendental y mundano,
en la máxima altitud mi elevamiento,
¡vecina del cóndor!
en la máxima altitud mi elevamiento,
¡vecina del cóndor!
soy la nostalgia de un vientre
otrora ocupado y productivo,
aposento de vida y de más vida
soy la certeza de una especie
dueña del sus propias espinas
y de la prosperidad de su floresta
soy flor y fruto sin arrepentimientos,
paisaje temporal,
breve suspiro,
gota al sol de la tiranía del tiempo.
IRMA PÉREZ, La Pillis - 2013
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