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viernes, 7 de mayo de 2021

INSTRUMENTO DE GUERRA

 

Como si tú pudieras ser el arma
que termine con la guerra,
se me ocurre convocarte en medio 
de este ruido insoportable


¡música, querida música!
suena, suena alto,
retumba desde los parlantes del cielo
reúne a tu orquesta a lo largo del planeta
y cae sobre nosotros
como bombazo fulminante,
revienta los tímpanos para
no escuchar otra cosa

ciérranos los ojos y oblíganos
a mirar hacia adentro,
a cerrar la boca para
no hablar,
no predicar,
¡no pregonar nada!

que todo se zarandee para
que se caiga todo lo que esté suelto,
y se suelte, todo lo que tiene
que caer por exceso de peso

¡música, querida música!
manifiesta tu potencia,
tu influencia,
el poder de tu efecto

enciéndete y alborota a los dioses de
otros dioses dormidos,
despiértale a todos con un agudo de cigarra
y señálales en rojo el saldo de la vergüenza,
el de los sueños pendientes y
las promesas sin cumplir

revienta las cuerdas de los violines
con el énfasis de un suplicio y luego, 
rómpele el cuero al tambor
con el mismo de la mano 
que sin descanso lo golpea

pídele al bandoneón
que afine su voz
y, en un gemido largo, 
que libere los tonos que sollozan
desde la entraña de su fuelle,
aquel que, llorando su nostalgia
decanta toda la tristeza desbordada del mundo

¡música, querida música!
como si tú pudieras,
tú, amiga del amor y enemiga de la guerra
¡suena!
rompe todos los cristales,
la obscenidad del ruido que, ahora mismo,
nos urge exagerar
en el vulnerado deseo de vivir en paz.

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"Toda crítica verdadera es un acto de amor".

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